Nos encontramos frente a un modelo anatómico del cuerpo humano en el que poder profundizar un poco más en el conocimiento del Aparato Respiratorio y del Sentido del Olfato.

Pulsando los botones que hay junto a cada uno de los rótulos, podremos ver el recorrido de la molécula olfativa en el cerebro en color verde y el de la molécula de oxígeno a lo largo del aparato respiratorio en color rojo.

En este momento nos damos cuenta de que ya no podemos dejar de respirar… no podemos dejar de oler!

La relación entre olfato y respiración es indisoluble ya que, al respirar, las moléculas aéreas emitidas por las sustancias que producen los olores también nos entran por la nariz, dada su condición de volatilidad, viajando a través del aire al igual que las moléculas de oxígeno.

A continuación explicaremos dos recorridos:

A) Aire para la obtención de oxígeno: Aparato Respiratorio

B) Moléculas aéreas que producen los olores: Sentido del Olfato

A. APARATO RESPIRATORIO

El aparato respiratorio tiene como función principal obtener oxígeno del aire y expulsar dióxido de carbono producido por el metabolismo celular. Esto es posible gracias a un proceso conocido como ventilación, proceso cíclico que consta de dos etapas: inspiración (entrada de aire a los pulmones) y espiración (salida de aire).

Las vías respiratorias comunican el exterior con los pulmones, que son los órganos encargados de esta función. En cada inspiración, el aire que entra atraviesa las fosas nasales (1) donde se calienta y humidifica para proseguir su recorrido a través de la faringe (2), la laringe (3), la tráquea (4), los bronquios (5) hasta alcanzar los alvéolos (6) en la profundidad del tejido pulmonar (7). En los alvéolos se produce el intercambio gaseoso entre el aire y la sangre mediante un proceso de difusión pasiva de gases que tiende a igualar la concentración a uno y otro lado de la membrana alveolo-capilar-

Con la espiración, el aire ya pobre en oxígeno y cargado de dióxido de carbono es expulsado al exterior.

B. SENTIDO DEL OLFATO

Al inspirar, las moléculas aromáticas entran por la nariz y pasan por una pequeña área de tejido denominada membrana olfativa (zona a) muy pequeña y situada en la parte superior de la cavidad nasal. En esta membrana hay numerosas células receptoras consideradas prolongaciones del propio cerebro, siendo cada célula receptora sensible a la recepción de cada molécula en particular. Realizada la asociación molécula-célula receptora, se produce un impulso nervioso que irá al cerebro a través de un hueso de la frente denominado lámina cribosa, bajo la cual están los bulbos olfatorios (zona b) donde el impulso nervioso tendrá su primera conexión con el cerebro. En el bulbo olfatorio hay unas estructuras llamadas glomérulos, con la función de distribuir los estímulos nerviosos convergentes de forma ordenada al cerebro. En el cerebro, los impulsos se distribuyen a distintas áreas para su descifrado y percepción del olor, llegando primero esta información al sistema límbico (zona c) y al hipotálamo, ambas regiones cerebrales responsables de las emociones, sentimientos, impulsos e instintos. Estas regiones almacenan también el contenido de la memoria, y es por este motivo que los olores pueden modificar nuestro comportamiento y funciones corporales. Sólo más tarde, parte de la información olorosa alcanza la corteza cerebral (zona d) y se torna en consciente, pudiendo el cerebro humano identificar miles de olores distintos.

El sentido del olfato es una de las virtudes más importantes del cuerpo humano.

Visita enológica:

El olfato es el sentido más sensible unido a la memoria y a las emociones, por ello los vinos evocan e inspiran. Pero no todos percibimos los aromas de la misma manera, ya que además de los diferentes umbrales de percepción de cada uno, también dependemos de nuestra memoria olfativa, ya que no podemos reconocer aquellos aromas que nunca hemos olido. También nuestros gustos personales afectarán a esta percepción, bien sea por filia o fobia de los mismos.