En la Piazza Sempione de Milán, donde antiguamente se encontraba la Porta Sempione, se alza el arco del triunfo conocido como Arco della Pace.
Luigi Cagnola fue el diseñador del monumento. A petición de la ciudad de Milán y de Napoleón, la construcción se inició en 1807 bajo la dirección del propio Cagnola y la supervisión de Domenico Moglia, Nicola Pirovano, Francesco Peverelli y Bai Gio Battista. Cuando cayó el Reino de Italia en 1814, el proyecto se abandonó con la obra a medio terminar y varias estatuas, entre ellas las de la Historia y la Poesía, ya terminadas.
El emperador Francisco I de Austria, que dedicó el edificio al Congreso de Viena, el acuerdo de paz que había unido a las distintas naciones europeas en 1815, reanudó la construcción de la estructura en 1826.
Tras el fallecimiento de Luigi Cagnola en 1833, Carlo Giuseppe Londonio se hizo cargo de la construcción, terminándola en 1838 justo a tiempo para que Fernando I, Emperador de Austria y Rey de Lombardía-Veneto, presenciara la inauguración oficial.
Napoleón III y Víctor Manuel II entraron triunfalmente en Milán el 8 de junio de 1859, cuatro días después de la victoria de Magenta, entre los aplausos del público.
Sólo las nuevas inscripciones dedicatorias en la parte superior de los arcos se cambiaron después de que la ciudad pasara de la administración austriaca a la piamontesa. El monumento en sí ya había sido terminado más de veinte años antes.