El Ayuntamiento de Cuenca alberga el consistorio de la ciudad española de Cuenca. El Ayuntamiento de esta ciudad se encuentra en la Plaza Mayor desde finales del siglo XV, cuando se conocía como Plaza de la Picota. Anteriormente, se tenía noticia de que los concejos se celebraban cerca de la puerta de San Juan, e incluso se hablaba de la plazuela del Concejo Viejo y del barrio del Concejo.
El Ayuntamiento se encontraba en tan mal estado a mediados del siglo XVI que tuvo que ser apuntalado y sometido a una importante reforma, que fue llevada a cabo por el arquitecto Pedro de Alviz. Los regidores se reunían en la casa del Corregidor durante este tiempo.
A finales del siglo XVI, concretamente en 1595, se planteó la posibilidad de adquirir una casa propiedad del regidor Pedro Chico de Guzmán en la entrada de la Plaza Mayor. Este edificio se quedó pequeño con el paso del tiempo, por lo que en 1676 los Señores del Concejo acordaron ampliarlo y decidieron hacerlo anexionando una casa junto al Ayuntamiento. Esta casa, propiedad de la iglesia, fue adquirida por ellos por 4500 reales.
El Ayuntamiento se enfrentó a la ruina a principios del siglo XVIII. Debido a su estado, los archivos tuvieron que ser trasladados a la residencia del Corregidor, donde también se celebraban las sesiones del Concejo. Para evitar más desgracias, se valló el edificio y se cerraron las calles circundantes. El Ayuntamiento fue demolido porque corría peligro de derrumbarse, y el nuevo edificio debía construirse en el mismo lugar que el antiguo. Sin embargo, la construcción no comenzó hasta 1760, y se llevó a cabo según el diseño de Jaime Bort (que, en esa fecha, ya había fallecido). Bort diseñó una estructura en la que buscaba la simetría, según él. Debido a la topografía de la parte alta de la ciudad y a lo pequeño e irregular del solar donde se había ubicado el antiguo Ayuntamiento, esto era muy difícil de conseguir.
Para poder llevar a cabo el proyecto de Bort fue necesario disponer de otro emplazamiento en el lado oeste de la plaza, justo enfrente del lugar que ocupaba el antiguo Ayuntamiento hasta su demolición. Don Lorenzo de Santa Mara, acreditado maestro de albañilería y cantero, se hizo cargo de la dirección de la obra tras serle adjudicada en subasta pública en 1760. El proyecto del Ayuntamiento se terminó a finales de 1762.
En 1788 se decidió ampliar el edificio, y se encargó al arquitecto Mateo López el diseño del archivo y oratorio que se construiría en una casa contigua al Ayuntamiento que se había acordado comprar para este fin (el plano se conserva en el Archivo Municipal). Sin embargo, éste no sería el proyecto definitivo porque, un año después, se decidió que sería mejor y menos costoso utilizar las dependencias ya construidas como sacristía y guardarropa, y que el archivo y el oratorio se ubicaran en la Casa Consistorial, que estaba en la planta principal. Se encargó de nuevo a Mateo López como arquitecto la elaboración de los planos y el presupuesto del proyecto.
El Ayuntamiento es una de las estructuras barrocas más notables de Cuenca. Tiene una planta rectangular con dos cuerpos a ambos lados; tan marcada que al referirse a la Casa Consistorial se hace referencia al Ayuntamiento y a sus dos viviendas en la documentación.
La fachada está dividida en tres pisos, cada uno de los cuales está acentuado por pilastras de diversos órdenes (que disminuyen a medida que aumentan su altura). El primer piso presenta una arcada abierta que conecta la calle principal con la plaza. Las pilastras de forma toscana se colocan entre los arcos, que tienen una sección puntiaguda debido al pie forzado del vestíbulo, para hacerlos más esbeltos y permitir que entre más luz en el arco central.
En la planta principal, donde Bort colocó el Ayuntamiento y sus oficinas conjuntas, se mantiene la misma división tripartita, con pilastras jónicas. Esta planta tiene tres vanos con balcón corrido que se adornan con molduras, pilastras cajeadas y frontones curvos y rotos. Los vanos de la tercera planta se duplican, al igual que el ritmo y las proporciones de los elementos arquitectónicos que la componen. Para compensar su desequilibrio respecto a la planta principal, esta planta superior incorpora la superficie del ático al diseño del paramento de la fachada.
La vista del tejado desde la plaza queda oscurecida por el gran ático situado en el extremo de la fachada. Una corona en forma de peine en el centro culmina con la figura de un león.
La fachada posterior, que da a la calle Alfonso VIII, tiene una composición más clara y un ritmo más clásico. Está dividida en tres calles, con balcones en el primer piso y ventanas en el segundo.
Las puertas, situadas bajo el pórtico, tienen un diseño muy sencillo y se asemejan a la arquitectura francesa.