La casa Ferrán, situada en la calle Nueva no. 4 de Teruel (España), fue construida en 1910 y es la primera obra plenamente modernista del arquitecto tarraconense Pablo Monguió en Teruel. El solar está definido por las calles Nueva, Laureano y El Salvador, por la medianera con la calle Nueva nº 2, y por una pequeña casa empotrada en la finca. El volumen edificado ocupa la totalidad de la parcela y consta de siete plantas: sótano, planta baja y entreplanta de uso comercial, tres plantas superiores y planta baja de uso residencial.
En el exterior, la unidad del conjunto se ve reforzada por el tratamiento común de las plantas bajas y la coronación, mientras que el cuerpo central de las plantas superiores y la planta baja, con un acabado de enfoscado amarillo, presenta una mayor variedad compositiva. Hacia la c/ Nueva, las dos partes en que se divide la fachada tienen soluciones diferentes, pero con composiciones similares en las plantas bajas y superiores. En el lado derecho, la disposición de los tres elementos singulares, el óculo del portal, el de la parte superior y el mirador, equilibran compositivamente este alzado. Y a la izquierda, destaca el gran mirador achaflanado, que realza la esquina y es el elemento más significativo del edificio. Las otras dos fachadas del edificio están diseñadas con mayor sencillez.
Todo el conjunto destaca por la elegancia y el dinamismo de su decoración modernista, inspirada principalmente en las plantas y las formas sinuosas, en la que destacan los trabajos de forja y fundición. Por otro lado, el interior destaca por el arrimadero de mármol, el artesonado y el cerramiento del portal, la puerta del vestíbulo y el hueco de la escalera. El local comercial, aunque transformado, mantiene la esencia al conservar algunos de los elementos originales de interés.
La casa Ferrán es el reflejo de un contexto histórico muy concreto, el de la ciudad de Teruel a principios del siglo XX, y de una nueva clase social burguesa con una mentalidad y unos gustos artísticos muy concretos que, en este caso, Pablo Monguió supo captar a la perfección.