En la plaza Mayor nos encontramos ante una de las casas entramadas mejor conservadas, La Casa de las Flores, de 1862. En ella se mezclan dos estilos, la casa entramada y el estilo Neomudéjar. Realizada toda su parte baja en piedra labrada de granito, su parte frontal está ocupada toda la fachada por dos balconadas apoyadas en cuatro grandes vigas de madera, hierro forjado y madera entramada, repletos de flores y plantas variadas para mantener el colorido durante todo el año, así como los seis balcones laterales.
La primera planta es de piedra con ventana y puerta realizada en granito, hierro forjado y ladrillo labrado. La construcción de la parte superior es de ladrillo macizo moruno perfectamente conservado, nos encontramos una fachada de estilo “neomudejar” en la que el ladrillo es el elemento principal.
La separación de las diferentes plantas, está realizada con varias filas de ladrillos biselados con diferentes formas y profundidades consiguiendo unos elegantes adornos.
Sus balcones merecen una atención aparte. Los dos laterales de la fachada, así como los doce laterales de los seis balcones están realizados y tallados siguiendo una estudiada forma y adorno, sobre estos salientes y en la parte superior rematando los balcones hay varias filas arqueadas de ladrillos trabajados, biselados y sobresaliendo de la fachada. El conjunto de la fachada queda perfectamente armonizada, propio del estilo “neomudejar”.
Encontraremos a lo largo de nuestro paseo varias muestras. En Madrid hay muchas muestras de este estilo arquitectónico.
Dentro, en su interior, se encuentra el Museo del Juguete de Hojalata, con más de tres mil piezas, espacio cultural en el que podremos contemplar secciones relacionadas con los juguetes de hojalata, que fueron el disfrute de los niños desde finales del siglo diecinueve hasta nuestros días.