La Casa de Pilatos es un palacio perteneciente a la Casa de Medinaceli. Constituye uno de los edificios más emblemáticos de la arquitectura civil andaluza del siglo XVI, y presenta una combinación de los estilos renacentista italiano y el mudéjar español, fruto de las diferentes intervenciones acontecidas, desde el último tercio del siglo XV hasta el siglo XVII.
La construcción del palacio se inició en 1483, por iniciativa y deseo de Pedro Enríquez de Quiñones y su segunda esposa Catalina de Ribera, fundadores de la Casa de Alcalá. La obra se levantó sobre varios solares que habían sido confiscados por la Inquisición española. El fallecimiento en 1493 de Pedro Enríquez, llevó a que Catalina fuese la encargada de acometer la configuración inicial del palacio. Su hijo y su nieto ampliaron y completaron la decoración de la Casa.
Fadrique Enríquez fue un noble a caballo de la baja Edad Media y la modernidad, representada por el Renacimiento. Entre los años 1518 y 1520 realizó un viaje de peregrinación a la ciudad santa de Jerusalén, en el que atravesó toda Italia, y en el que quedó profundamente impresionado del arte renacentista que imperaba en las ciudades italianas. A su regreso trasladó esas maneras renacentistas que había observado a la Casa de Pilatos, combinando el estilo renacentista italiano con el mudéjar sevillano, en las ampliaciones que realizó del palacio, en las que ocupó varios solares anexos al mismo. Per Afán de Ribera, sobrino y heredero de Don Fadrique, fue un gran coleccionista de arte que acopió durante su estancia como virrey de Nápoles. Realizó importantes reformas entre 1568 y 1571 para acoger su vasta colección de arte.
Tras su relativo abandono durante el siglo XVIII, se restauró a partir de finales del siglo XIX.
En 1966 tuvo lugar aquí un baile benéfico al que asistieron miembros de la nobleza. Cada familia asistente pagó 5 000 pesetas, destinadas a la Cruz Roja. Las que presidieron la gala fueron Grace Kelly y Jacqueline Kennedy.
La Casa de Pilatos constituye un gran complejo edificatorio inserto en el casco histórico de la ciudad de Sevilla, en el sector de Santa Catalina-Santiago. Ocupa, junto con el colindante convento de San Leandro, gran parte de la manzana que se extiende entre las calles Caballeriza, San Esteban e Imperial.
El palacio se estructura en torno a dos patios, el de ingreso y el principal en torno a los cuales, en una y dos plantas se disponen las estancias principales. A ambos lados de este cuerpo principal, ocupando el resto de la parcela, se extienden dos jardines de distintas dimensiones y formalización. El denominado jardín chico, en el lado este y el jardín grande al oeste. En el edificio predominan las cubiertas inclinadas de teja árabe, que están esmaltadas en blanco y azul en la zona de la escalera.