La Catedral Metropolitana de Santa María la Real, situada en la ciudad de Pamplona, sede de la Archidiócesis de Pamplona y Tudela, es un conjunto arquitectónico eclesiástico único, por tratarse del complejo catedralicio más completo que se conserva en España.
Presenta las edificaciones habituales en otras catedrales como iglesia, claustro y sacristías, pero además conserva la cillería, refectorio, sala capitular y dormitorio, que son más propias de la vida común a la que estaba sujeto su cabildo y que a lo largo de los siglos se han ido derribando en otras catedrales españolas.
Las estancias que lo configuran fueron construidas en distintas épocas y estilos, conservándose hoy en día algunas de las dependencias románicas, pero predominando sobre todo las edificadas en estilo gótico (entre ellas la iglesia y el claustro) de los siglos XIV al XVI. La fachada oeste, de estilo neoclásico, se levantó a finales del siglo XVIII.
Destacan en este conjunto de edificios; el claustro, que está considerado una maravilla del arte gótico europeo y desde luego el mejor claustro del siglo XIV; la cocina, que es uno de los tres únicos ejemplos supervivientes de cocina gótica de toda Europa; y por último la fachada principal, una de las obras más puras y representativas del neoclasicismo en la península.
La catedral, como sede episcopal y habiendo sido durante casi un milenio la iglesia principal del Reino de Navarra, ha acogido los actos más importantes y más solemnes de la liturgia navarra.
Posiblemente, la celebración más significativa de todas las que se han llevado a cabo en el templo, fue la coronación y unción de los reyes de Navarra.