Es altamente probable que durante el período que abarcó desde el año 479 hasta el 447 a.C., la Acrópolis estuviera en un estado de ruina. Según registros históricos, antes de la batalla de Platea, los griegos habían jurado no restaurar los edificios sagrados que los persas habían destruido. Plutarco informa que en el año 450 a.C., Pericles convocó una asamblea con el propósito de sugerir a los griegos que rompieran este juramento. Sin embargo, algunos escritores como Teopompo cuestionaron la existencia misma de dicho juramento.