El conjunto arqueológico de Mérida, antigua Augusta Emerita, fue fundado como colonia romana en el año 25 a. C. por orden del emperador Octavio Augusto, con el objetivo de asentar a los soldados veteranos de las guerras cántabras. Esta ciudad se convirtió rápidamente en una de las más importantes de la Hispania romana, siendo capital de la provincia Lusitania. Actualmente, sus restos constituyen uno de los yacimientos arqueológicos más notables y extensos de España, tanto por su estado de conservación como por su valor histórico. Entre sus monumentos más emblemáticos se encuentran el teatro romano, el anfiteatro, el templo de Diana, el acueducto de los Milagros y el puente romano sobre el río Guadiana. En reconocimiento a su relevancia cultural y patrimonial, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1993.