El convento de San Domingos de Bonaval está situado en el Campo de San Domingos, en el barrio de Bonaval de Santiago de Compostela.
Se atribuye su fundación a Santo Domingo de Guzmán, en una supuesta peregrinación que hizo a Santiago en el año 1219, a principios del siglo XIII. El documento más antiguo en el que se cita el convento, con la primitiva advocación de Santa María, se remonta a 1228. Desde el siglo XV ya aparece con el título de Santo Domingo, y bajo el patrocinio de la casa de Altamira.
Con la exclaustración de las órdenes religiosas, el convento pasó al municipio de Santiago. En cumplimiento del Real Decreto de 1836, una comisión nombrada por la Deputación de A Coruña propuso el derribo de treinta edificios y destinó el convento de Santo Domingo "para cuarteles de los Regimientos de Compostela y Santiago, con la demolición de la iglesia." Este dictamen no llegó a ejecutarse.
En 1841, por mediación del arzobispo Vélez, el municipio destinó el convento a hospicio; hacia 1945 el hospicio todavía ocupaba la parte norte y al sur, a la derecha de la iglesia, se encontraba un colegio de ciegos y sordomudos. Al suprimirse estas instituciones quedó por un tiempo desocupado hasta que el municipio decidió acondicionar y destinar una parte de las dependencias para Museo Municipal, que se inauguró en diciembre de 1963.
En 1977, a petición del Patronato del Museo do Pobo Galego, recientemente constituido, el municipio cedió el edificio para la creación del museo del mismo nombre.
La iglesia, construida en estilo gótico y renacentista, actualmente no se encuentra abierta al culto. Fue construida siguiendo los cánones del gótico dominico con naves luminosas y diáfanas, desplazando el punto de interés litúrgico desde el ábside hasta el púlpito situado en el crucero. La tradición popular dice que se conserva un fragmento de piedra de dicho púlpito en la aneja Cofradía del Rosario. El templo está completamente recubierto de falsas bóvedas.
La iglesia del monasterio alberga en una capilla lateral el Panteón de Galegos Ilustres, donde descansan los restos de varias personalidades de la cultura gallega, como los escritores: Rosalía de Castro, Alfredo Brañas, Ramón Cabanillas, el intelectual y cartógrafo Domingo Fontán, el escultor Francisco Asorey, y el escritor y dibujante Alfonso Daniel Rodríguez Castelao.