El centro histórico de Córdoba es uno de los más amplios y valiosos de Europa. En 1984, la Unesco declaró Patrimonio de la Humanidad a su emblemática mezquita-catedral, y en 1994 amplió este reconocimiento a gran parte del casco antiguo. Esta zona conserva un impresionante legado arquitectónico, con huellas visibles de las culturas romana, islámica y cristiana que han marcado su historia.
El trazado del centro histórico sigue, en gran parte, el recorrido de la antigua muralla, lo que ha permitido que se mantenga casi intacto frente a las grandes expansiones urbanas de los siglos XIX y XX. Alrededor de este núcleo se han desarrollado amplias avenidas —como Conde Vallellano, Paseo de la Victoria, Ronda de los Tejares o la avenida de las Ollerías— que forman un anillo de espacios abiertos, protegiendo así el corazón histórico de Córdoba y reforzando su carácter único y monumental.