El Castillo de Wawel fue mandado construir por Casimiro III el Grande y comprende diversas estructuras alrededor de un patio central. Durante el siglo XIV, fue renovado por Jogaila y Eduviges I, quienes añadieron la torre Pata de Gallina y la torre danesa, junto con la Cámara de Eduviges y Jogaila, que alberga la espada Szczerbiec utilizada en ceremonias de coronación. En la colina se erigieron cuarteles y defensas, convirtiéndose en el epicentro histórico y cultural de Polonia, siendo residencia real y símbolo del país.
La arquitectura del castillo muestra elementos románicos y góticos, pero su aspecto actual se debe principalmente a la reconstrucción renacentista durante el reinado de Alejandro Jagellón y Segismundo I el Viejo. Destacan los trabajos de artistas como Eberhard Rosemberg y Bartolomeo Berrecci, que lo convirtieron en un importante monumento renacentista europeo.
A lo largo de su historia, Wawel ha sido testigo de cambios significativos, desde incendios hasta invasiones, pero ha mantenido su importancia como centro de poder. Después de ser ocupado y modernizado por diferentes potencias, fue restaurado y convertido en museo nacional tras la Segunda Guerra Mundial. Actualmente, alberga el Tesoro de la Corona y diversas exposiciones, siendo un punto destacado en la lista del patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Incluso un fragmento del castillo se encuentra en el rascacielos de la Tribune Tower en Chicago, como homenaje a la comunidad polaca en la ciudad.