A partir del siglo VIII a.C., se establecieron colonias griegas en la región, y entre ellas, destacaba la ciudad de Cumas, situada al otro lado del golfo de Nápoles. En torno al siglo VII a.C., los etruscos se asentaron en la zona y compitieron con los griegos por el control de la región durante más de 150 años. Sin embargo, la verdadera influencia de estos grupos en los orígenes y desarrollo posterior de Pompeya sigue siendo incierta, ya que la evidencia arqueológica no proporciona conclusiones definitivas.
Hacia finales del siglo V a.C., los samnitas, otro pueblo itálico que hablaba el idioma osco, invadieron y conquistaron toda la región de Campania. En este momento histórico, se observa una marcada disminución en la cantidad de hallazgos arqueológicos en la ciudad, lo que ha llevado a algunos arqueólogos a especular que Pompeya podría haber sido temporalmente abandonada. Si este abandono ocurrió, fue de corta duración, ya que hasta mediados del siglo IV a.C., la ciudad formaba parte de la confederación samnita y servía como puerto para las comunidades ubicadas aguas arriba.
Los nuevos gobernantes samnitas introdujeron su estilo arquitectónico y expandieron la ciudad. Se cree que durante este período, los romanos tomaron brevemente el control de la ciudad, aunque estas teorías nunca han sido confirmadas. En cualquier caso, se sabe que durante la dominación samnita, la ciudad estaba bajo la autoridad de un magistrado conocido como "Medix Tuticus," posiblemente con funciones administrativas y judiciales, y que este título tenía su origen en el idioma osco.