La fachada de la Gloria, de dimensión imponente, servirá como entrada principal a la nave central. Su construcción comenzó en 2002. Esta fachada está dedicada a la Gloria celestial de Jesús y simboliza la ascensión hacia Dios, representando la Muerte, el Juicio Final, la Gloria y el Infierno, como consecuencia de la desobediencia a Dios. Gaudí delineó solo las directrices generales de esta fachada, previendo que serían sus sucesores quienes la completarían después de su vida.
El acceso al pórtico de la Gloria se realizará a través de una amplia escalinata, donde se ubicará el Monumento al Fuego y al Agua. El primero se manifestará mediante un gran candelabro en llamas, simbolizando la columna de fuego que guió al pueblo elegido, mientras que el segundo tomará la forma de un surtidor de agua que se desglosará en cuatro cascadas, representando los ríos del paraíso y las fuentes de agua viva del Apocalipsis.
La escalinata trazará un pasaje subterráneo en la calle Mallorca, que evocará el Infierno y la corrupción, adornado con figuras de demonios, ídolos, falsos dioses, divisiones religiosas, herejías y otros emblemas del mal. También exhibirá el purgatorio y tumbas en el suelo del atrio simbolizando la muerte. En honor a la condena al trabajo originada por el pecado original, el frente principal albergará representaciones de distintas profesiones: sastre, zapatero, albañil, panadero, herrero, alfarero, carpintero, entre otros. A través del esfuerzo y la virtud, el ser humano puede alcanzar la Gloria, mediante la redención mediada por el Espíritu Santo. Por esta razón, el pórtico estará flanqueado por siete columnas, cada una simbolizando un don del Espíritu Santo. En las bases de las columnas estarán los siete pecados capitales y en sus capiteles, las siete virtudes.