La iglesia de San Antón, o San Anton eliza en euskera, es un templo católico gótico de finales del siglo XV situado en la ciudad vizcaína de Bilbao, en el País Vasco. Su advocación específica es San Antonio Abad. Es la iglesia más conocida de Bilbao debido a su historia y a su ubicación a orillas de la Ría de Bilbao, cerca del puente del mismo nombre, del mercado de la Ribera y del antiguo Ayuntamiento, en el centro del Casco Viejo, lo que hace que aparezca en el escudo de la villa.
En el mismo emplazamiento, existió una lonja o almacén de mercancías fluviales unos trescientos años antes de que se construyera la ermita. La anterior lonja fue absorbida por el nuevo casco urbano cuando Don Diego López V de Haro, undécimo señor de Vizcaya, otorgó una Carta Puebla a los pobladores de la ribera del río Ibaizábal en 1300. Alfonso XI de Castilla construyó una fortificación y una muralla protectora en el lugar en 1334. La muralla también servía de dique para evitar inundaciones. Las investigaciones arqueológicas realizadas en 2002 sacaron a la luz los cimientos de la muralla, que ahora son visibles detrás del altar de la iglesia.
Esta parte de la muralla y la fortaleza fueron rápidamente destruidas y sustituidas por una iglesia erigida en 1433 y dedicada a San Antonio Abad. Era una estructura rectangular de una sola nave con techo abovedado. Los cimientos del presbiterio de la iglesia anterior, construidos con sillares rectangulares de arenisca y de forma poligonal, pueden verse detrás del altar de la iglesia actual, superpuestos a los restos del muro. La primera iglesia estuvo en uso unos 50 años antes de que se decidiera ampliarla en 1478, ya que se estaba quedando pequeña para albergar al creciente número de feligreses. El segundo edificio, de planta prácticamente cuadrangular y que seguía siendo de estilo gótico, se terminó en su forma básica a principios del siglo XVI, aproximadamente en 1510.
El pórtico principal, de estilo renacentista, fue comenzado en 1544 por Juan de Garita y terminado en 1546-1548 por un grupo de escultores bajo la dirección del escultor franco-flamenco Guiot de Beaugrant. El cantero Juan de Láriz construyó el balcón en 1559. Las tres capillas pertenecientes a la nave del Evangelio (norte), la más pequeña de las cuales está junto al pórtico, son estructuras gótico-renacentistas del segundo tercio del siglo XVI. Juan de Iturburu realizó el campanario barroco, cuya construcción contrató Manuel de Capelastegui y terminó en 1775. Los despachos parroquiales que rodean el muro este de la iglesia, el pórtico auxiliar y la sacristía fueron los últimos añadidos. Se construyeron en 1902 en estilo neogótico, según un diseño de Enrique de Epalza.
El interior de la iglesia sirvió de cementerio desde su fundación hasta el siglo XIX. La iglesia ha sufrido numerosas tragedias a lo largo de su historia, siendo la más reciente las devastadoras inundaciones de 1983, que arrasaron gran parte de su decoración interior y arrancaron puertas y cancelas. San Antón fue declarado Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento Histórico-Artístico Nacional el 17 de julio de 1984.
La iglesia actual tiene tres naves escalonadas de cuatro tramos cada una. Las naves laterales tienen bóveda de crucería básica, mientras que la nave principal tiene bóveda de crucería compuesta. La capilla mayor tiene la nervadura más ornamentada, con terceletes dobles. Excepto los semicirculares de la primera crujía, todos los arcos de apoyo son apuntados. Los soportes exentos consisten en pilares de núcleo cilíndrico a los que se adosan columnas que sostienen los nervios de la bóveda y pilastras para los arcos formeros. Semipilares de aspecto similar se fijan a los muros. A excepción de los de la nave del Evangelio (norte), que están ornamentados con bolas, todos tienen capiteles lisos continuos. Sólo las ménsulas bajo el coro y la primera crujía de la nave opuesta se apartan de esta austeridad y están adornadas con motivos zoológicos.
El triforio, de pequeñas proporciones y en forma de galería corrida, atraviesa el muro que separa la capilla mayor y se sitúa en los muros que cierran la nave central bajo las ventanas. El triforio de la catedral de Santiago tiene una disposición casi comparable. El templo incluye algunas singularidades, como una cabecera recta y sin ábside, así como un chaflán en la cabecera de la nave sur que permite el paso de las aguas de la ría.
Doce elementos componen el retablo mayor, que es un conjunto sin sillería. Hay siete pinturas del artista bilbaíno contemporáneo Ignacio Garca Ergüin, y cinco esculturas, entre ellas dos relieves que representan el Lavatorio de los Pies y la Última Cena en la predela, dos esculturas redondas de San Pedro y San Pablo en el cuerpo central, y un Cristo crucificado en el ático. Los dos bultos y los dos relieves fueron realizados por Esteban de Velasco segn las trazas de Martn Ruiz de Zubiate como parte de un retablo romnico desaparecido y fechado en los ltimos aos del siglo XVI. La escultura del Cristo data de principios del Renacimiento espaol. Justo al lado del presbiterio, junto a la puerta principal, se encuentra una talla gótica en madera policromada de San Antón, del siglo XV.
Los prebostes Lezama-Leguizamón, Martnez de Recalde e Ibaseta, por este orden, financiaron y construyeron las tres capillas privadas.
La capilla más antigua es la de Santa Luca, y las primeras noticias que se tienen de ella datan de 1530. Fue designada capilla oficial del Consulado a finales del siglo XVII. Una singular reja del siglo XVII que consta de dos piezas y está coronada por una airosa crestería con el escudo del preboste Leguizamón impide la entrada a la misma desde la nave. La figura de la Inmaculada y una talla de Santa Águeda se encuentran en el ático de un retablo rococó de finales del siglo XVIII, resto de un retablo de Antonio Alloitiz realizado en 1664. En sus laterales se muestran dos pinturas de Manuel Losada, realizadas en 1907, que representan a los santos Valentín de Berriochoa e Ignacio de Loyola, patronos de Vizcaya. Un lienzo de mediados del siglo XVII cuelga de una de las paredes y sorprende al visitante al mostrar la circuncisión de Jesús en el establo de Belén y no en la iglesia, como es habitual.
La antigua capilla está adosada a la de Nuestra Señora de la Piedad. Aunque el retablo y la reja son más antiguos, se fundó en 1554. Esta pieza de estilo renacentista fue creada en 1538. Se encuentra entre los mejores ejemplares de reja renacentista de Vizcaya. El retablo de la Piedad es una magnífica creación plateresca que guarda parecido con las obras de Guiot de Beaugrant. Sin embargo, los relieves de la predela y de las calles laterales no fueron creados por Guiot de Beaugrant, que pudo ser el creador del motivo central de la Piedad: una expresiva imagen de la Virgen que sostiene a Cristo muerto. A la izquierda del retablo se encuentra un cuadro que representa la visita de San Antonio Abad a San Pablo Ermitaño, de mediados del siglo XVII.
La capilla de San Roque es la última y más pequeña del trío. Se expone una elegante talla del santo epónimo y del cercano San Sebastián en un sepulcro en arco de triunfo. Es muy probable que sea creación del escultor de la corte Juan Pascual de Mena, que debió de trabajar en ella entre 1754 y 1756, durante su estancia en Bilbao.
Domingo de Garita, hábil constructor, y Juan de Lete, notario, construyeron el coro, situado en la base de la catedral, en el último cuarto del siglo XVI. Alberga un órgano Cavaille-Coll parisino de 1901. Bajo el coro se encuentran dos estatuas de los santos Cosme y Damián, realizadas en 1664 por el escultor Antonio de Alloitiz.
Una imagen de San Antonio de Padua con el Niño, obra rococó atribuida a Juan Pascual de Mena, puede verse en la primera parte de la nave de la Epístola, en una hornacina de piedra. La Virgen de Begoa, patrona de Vizcaya, aparece en una interpretación contemporánea dentro de un amplio arco vaciado en el muro. Esta escultura es obra de Larrea. A su derecha, un cuadro, presumiblemente de finales del siglo XVII, está dedicado a la Asunción de la Virgen.
El pórtico de la fachada es un bello ejemplo de arquitectura renacentista, decorado con elementos fantásticos y declaraciones iconográficas. El arco triunfal que separa los dos pares de columnas que flanquean a San Pedro y San Pablo sirve de punto focal, y sobre él, custodiándolo, hay una tribuna o balcón que da a la plaza.
Un giraldillo, alegoría de la fe tallada por el cántabro Gerónimo de Argos, remata la cúpula y linterna del campanario barroco, de cuerpo octogonal con pináculos sobre volutas en los ángulos. En el exterior de la nave de la Epístola (al sur) destaca la pareja gemela de arcos arbotantes que descargan las tensiones producidas por la nave central que casi duplica la altura de las naves laterales sobre dos contrafuertes elevados a modo de pilastras.