El interior del museo, aunque menos intrincado que su fachada, no carece de elementos de diseño curvo. A pesar de su general sensación de amplitud, se puede distinguir una estructura de tres plantas. La entrada principal del museo se encuentra al final de una serie de escaleras exteriores que se inician en la plaza previamente mencionada y descienden hasta el nivel de la planta baja. Sobre las puertas de entrada se encuentra una pared de cristal que no cubre nada en particular. La planta baja se divide en dos partes, siendo una de ellas una sección subterránea que no está abierta al público. Una vez en la entrada, se accede directamente al vestíbulo, una inmensa sala con una altura de 50 metros y una planta con forma de flor. Desde aquí, se puede acceder a la Gran Sala, con su característica forma de pétalo, así como a las salas rectangulares y a la terraza de la marquesina que se encuentra en la cara norte del edificio. Esta marquesina está sostenida por un único pilar de gran altura que le confiere elegancia y esbeltez. Debajo de su techo robusto, se encuentra una estructura metálica que le proporciona soporte.
En el centro del vestíbulo se encuentra un imponente pilar, y se pueden encontrar ascensores, pasarelas y escaleras que conectan con los niveles superiores. Las formas del interior del vestíbulo no siguen patrones geométricos convencionales, y algunas áreas están revestidas de piedra mientras que otras están diseñadas con cristal. La sala más extensa del museo es la Gran Sala, también conocida como la Sala del Pez debido a su forma exterior distintiva. Es una sala alargada que alberga obras de arte de gran tamaño, tanto temporales como permanentes. Además de la Gran Sala, hay otras salas con forma de pétalo que se acceden desde el vestíbulo. En uno de los bloques de diseño recto, se encuentran una serie de salas de planta rectangular dispuestas en fila, una tras otra sin pasillos de conexión. Cada planta alberga tres salas, y para acceder a la última es necesario atravesar las dos primeras. Casi todas las salas del museo cuentan con lucernarios que proporcionan una iluminación cenital fascinante.