El lupanar era el burdel más destacado entre los numerosos burdeles encontrados en Pompeya, y fue el único construido específicamente con ese propósito.
Las prostitutas que trabajaban allí eran esclavas de origen griego u oriental, y el precio de sus servicios oscilaba entre dos y ocho ases. Cabe mencionar que un vaso de vino tenía un costo de un as, pero la recaudación de los servicios iba a parar al propietario del burdel.
Este lupanar era un edificio pequeño ubicado en la intersección de dos calles secundarias. Estaba construido en dos plantas: la planta baja estaba destinada a esclavos o personas de clases sociales más humildes. Contaba con un corredor y cinco habitaciones equipadas con camas, y las paredes estaban decoradas con pinturas que representaban diversas posiciones eróticas.
El acceso al piso superior se hacía a través de una entrada independiente que conducía a una escalera y luego a un balcón. Desde allí, se accedía a habitaciones más grandes y lujosamente decoradas que las de la planta baja. Este piso superior estaba reservado para una clientela más acomodada.
Esta construcción data del último período de la ciudad y presenta paredes decoradas con motivos eróticos desde su entrada principal, que muestra una representación de Príapo con dos miembros viriles sostenidos en sus manos.