En el barrio murciano de La Alberca, en la Región de Murcia, se encuentra una tumba romana llamada Martyrium de La Alberca. Siendo uno de los yacimientos tardorromanos más significativos de la Península Ibérica y con restos que datan aproximadamente de la primera mitad del siglo IV, fue designado Monumento Nacional en 1931.
Está situado en el antiguo Llano de la Mora, actual calle de la Paz de La Alberca, en las estribaciones de la sierra formada por las sierras de Carrascoy y El Valle, a unos 5 kilómetros al sur de la ciudad de Murcia.
Al estar cerca de la Basílica del Llano del Olivar y de la fortaleza tardorromana de Los Garres, dos ejemplos de la alta romanización de la llamada Cordillera Sur, así como de la presencia de asentamientos anteriores (Santuario Ibérico de la Luz, Cabecico del Tesoro, el Puntarrón Chico, etc.), se encuentra en una zona de importante interés arqueológico.
Los primeros descubrimientos se produjeron en 1832, en una época en la que se había aterrizado la zona y se habían construido balsas para el aprovechamiento del agua. En esa época se descubrieron las primeras ruinas arquitectónicas.
En 1890 se formó una asociación para explotar el lugar, lo que estuvo a punto de suponer la ruina del mismo, ya que sus principales cometidos eran el saqueo y la búsqueda de los supuestos tesoros que allí se escondían.
Los informes de Fuentes y Ponte y A. Engel de finales del siglo XIX fueron las primeras investigaciones sobre el Martyrium. A principios del siglo XX se sumó a ellos Manuel González Simancas. De un mosaico saqueado inicialmente sólo quedaba la descripción de Fuentes y Ponte. El arquitecto Torres Balbás tomó medidas para defender el recinto cuando ya se había producido el saqueo.
Cuando Cayetano de Mergelina y Luna realizó sus exploraciones en el complejo en 1947, fue la primera aproximación propiamente arqueológica a la estructura y a la necrópolis.
Como resultado de estas excavaciones, el Museo Arqueológico de Murcia alberga en la actualidad una serie de piezas de Martyrium.
El monumento funerario paleocristiano conocido como martyrium, cuyo nombre deriva de la palabra "mártir", tiene una planta rectangular orientada de este a oeste y mide 12 metros de largo por 7,60 de ancho.
Cada uno de los muros exteriores tiene cinco contrafuertes, y el lado occidental, que es más pequeño, tiene otros cinco contrafuertes. Debajo de la estructura se encuentra una cripta rectangular a la que se podía acceder por una escalera. En la cripta, cerca de un ábside, se descubrió un muro que pudo tener una ventana fenestrella confesionis para ver el sarcófago del mártir en su interior y cuatro tumbas de piedra caliza separadas de la cripta por el muro.
El mosaico policromado de tema geométrico que habría cubierto el suelo de la cripta no ha sobrevivido. El Opus spicatum, a menudo conocido como mampostería en espiga, es un método de construcción romano que se utilizó para construir el muro de esta zona subterránea. Es posible que el techo de la cámara inferior fuera una bóveda rebajada.
Junto al mausoleo se descubrió una necrópolis; algunas de las tumbas están situadas cerca de los muros, en los espacios entre los contrafuertes, mientras que otras son paralelas o transversales al muro sur del edificio. Estos enterramientos se produjeron al mismo tiempo que el martyrium.
El monumento funerario de La Alberca y su necrópolis habrían sido un componente de una villa romana de la misma época, cuyos límites exactos siguen siendo desconocidos, a partir de la información recogida en los trabajos arqueológicos realizados en este importante complejo y sus alrededores.
Por lo tanto, el Martyrium de La Alberca habría sido construido por miembros de la aristocracia provincial y rural que residían en amplias villas y ubicaban en sus tierras estructuras religiosas para un culto privado de adoración de reliquias.
En un principio se creía que el complejo databa de la época bizantina, lo que se apoyaba, entre otras cosas, en la proximidad de la basílica de Algezares, del siglo VI. Sin embargo, el método de construcción, los materiales utilizados y la tipología del martyrium han permitido datar el complejo en la primera mitad del siglo IV d.C.
La tipología hace referencia a muchos paralelos paleocristianos conocidos, como el martirio de Pecs (Hungría) y Marusinac (Croacia).
Los dos casos encontrados fuera de Iberia tendrían una planta rectangular, dos pisos, y una única entrada en el piso superior desde la que saldría una escalera hacia la cripta. En su parte inferior habría un ábside que estaría conectado a la cripta por la fenestrella confesionis. El exterior del edificio tendría contrafuertes que lo rodearían, y la Cámara Santa tendría dos pisos abovedados, todo ello en homenaje a las estructuras funerarias rectangulares del Bajo Imperio Romano.