El parque Miguel Servet es el mayor parque y uno de los más antiguos de la ciudad. Su construcción se inició en 1928 y cuenta con una gran variedad de plantas, desde las muy comunes hasta otras originarias de China y Japón, como el gingo. También podemos encontrar animales como patos, ocas o cisnes dentro de los estanques. El parque cuenta con monumentos conmemorativos, de los que cabe destacar Las Pajaritas, obra de Ramón Acín, que son consideradas el símbolo de la ciudad.
Anteriormente a la construcción del parque municipal, se encontraban en esa zona los antiguos jardines de los Lastanosa, familia que poseía un palacio que fue demolido a finales del siglo XIX. El 16 de marzo de 1928 se aprobó la construcción del parque sobre esta zona de la ciudad y el ayuntamiento expropió más de 3,76 hectáreas de huerta y jardín.
El parque fue diseñado por Antonio Uceda, Bruno Farina y Santos Coarasa y junto a ellos colaboraron el arquitecto José Luis de León y el artista Ramón Acín. El catalán Domingo Vidal, jardinero diplomado, dirigió la construcción floral del parque Miguel Servet se empezó a construir en el año 1928, contando con la ayuda de varios hortelanos.
La inauguración oficial del parque fue en 1930, sin embargo todavía no se había decidido dedicar el parque a Miguel Servet. Fue en el año siguiente, cuando el ayuntamiento aprobó la idea de José Jarné de ponerle al parque el nombre de este teólogo y científico español.
En los años 60, con Emilio Miravé de alcalde y José Antonio Llanas de concejal de Parques y Jardines, se aprobó el proyecto de ampliar el parque hacia el suroeste. Se ocuparon más terrenos de huertas y de esta manera el parque unía la zona de ensanche de Huesca con el centro histórico. Con esta ampliación se crearon nuevos elementos y se añadió más naturaleza. Tras la expansión el parque ocupaba 6,95 hectáreas.