Monasterio de San Juan de Duero

San Juan de Duero, conocido también como Arcos de San Juan de Duero, forma un conjunto de arquitectura románica castellana situado a las afueras de la ciudad de Soria.

Lo que hoy se ve, la iglesia y el claustro, no son sino los restos de un monasterio de la Orden militar de los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén o caballeros sanjuanistas, levantado en la primera mitad del siglo XII a orillas del río Duero y que se mantuvo habitado hasta el siglo XVIII.

La iglesia es muy sencilla, de una sola nave con presbiterio y ábside; aquel, con bóveda de medio cañón apuntado, y éste, semicircular con bóveda de horno.

No tendría nada de llamativo si no fuese por los dos templetes dispuestos uno a cada lado del presbiterio a modo de iconostasio, de forma que podía cerrarse el espacio que quedaba entre ambos y ocultar al sacerdote en el momento de la consagración, siguiendo las normas del rito griego. Se trata de dos baldaquinos, de cúpula esférica, el uno, y cónica, el otro, pero en ambos casos esquifadas y montadas sobre columnas de cuádruple fuste y capitel y basa únicos.

Los capiteles ostentan relieves figurativos de meritoria labra escenificando pasajes evangélicos y alegóricos. En uno de ellos se contempla la Virgen tumbada en la cama mientras una mujer arregla la almohada. San José aparece muy deteriorado, el niño en la cuna y, sobre toda la escena, la mula y el buey bajo una estrella. Es curioso ver cómo hay tal abundancia de imágenes, que las ovejas de la Anunciación invaden la escena de la Adoración de los Reyes y la Virgen y el Niño al que adoran están tan esquinados que aparecen torcidos.

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