El convento de San Juan de los Reyes es un cenobio de la ciudad española de Toledo perteneciente a la Orden Franciscana, que fue construido bajo el patrocinio de la reina Isabel I de Castilla con la intención de convertirlo en mausoleo real, en conmemoración de la batalla de Toro y del nacimiento del príncipe Juan.
Se trata de una de las más valiosas muestras del estilo gótico isabelino y el edificio más importante erigido por los Reyes Católicos. El convento es, además, un monumento conmemorativo de los logros de los Reyes Católicos y de su programa político.
El monasterio de San Juan de los Reyes, considerado como el edificio más representativo del gótico toledano, fue mandado construir por los Reyes Católicos bajo el patrocinio directo de la reina, hasta el punto de ser citado varias veces en la documentación como «monasterio de San Juan de la Reina».
Dedicado a San Juan para memoria del rey don Juan su padre, fue levantado para conmemorar, también, la victoria de Toro (1476) y el nacimiento del príncipe don Juan (1478), así como para crear una iglesia colegial de canónigos que sirviera como panteón real, según cuenta fray Pedro de Salazar, cronista de la orden franciscana.
Se sabe que el arquitecto de San Juan de los Reyes fue Juan Guas. No obstante, su nombre no aparece citado hasta 1853, tras el hallazgo de una inscripción situada en la capilla de la iglesia de San Justo y Pastor de Toledo. Hasta entonces será considerada de autoría anónima y así nos lo muestran los escritos de autores como Antonio Ponz o Magán, que no harán mención alguna al autor de dicha obra.
Diversos estudios llevados a cabo por José María Azcárate Ristori en los años 1956 y 1958, demuestran que desde 1494 Juan Guas estuvo al frente de las obras, y su nombre aparece ligado al maestre Egas Cueman, siendo los dos maestros mayores entre 1479 y 1485.