El Museo Casa de Dulcinea, una construcción cívica del siglo XVI, ha sido restaurada y convertida en museo. Está situada en el municipio de El Toboso y es una réplica exacta de la casa de la ficticia Dulcinea del Toboso, amor platónico del caballero andante del Quijote de Miguel de Cervantes. Las habitaciones están amuebladas con diversos objetos de valor etnográfico y adornadas con los estilos de las construcciones populares de la época. El 25 de agosto de 1980 fue declarado bien de interés cultural.
Aunque la estructura no está directamente relacionada con la novela, la tradición y la obra de Cervantes sitúan a El Toboso en un contexto importante para su crecimiento. Entre 1960 y 1967, la estructura fue reformada por el arquitecto José Manuel González Valcárcel, y en 1971 se añadió el lagar.
En la década de 2000, el museo permaneció temporalmente cerrado a los visitantes mientras se realizaban reparaciones.
La estructura, una típica casa de labranza manchega, cumple funciones tanto sociales como residenciales.
El vestíbulo, que conecta las numerosas estancias, como la cocina, la despensa, la bodega, el patio, el palomar y las escaleras del piso superior, es la única forma de acceder al interior.
El objetivo principal del proyecto museográfico en curso es unir los puntos entre las personas que aparecen aquí, como Dulcinea y el escritor Miguel de Cervantes.