Esta fachada da a la Plaza del Obradoiro, que toma su nombre del taller de canteros, ya que se ubicaba allí durante la construcción de la catedral. Desde el siglo XVI, su fachada y sus torres han sufrido numerosas modificaciones para preservar el Pórtico de la Gloria de la destrucción que estaba sufriendo a causa de las inclemencias del tiempo. La actual fachada barroca, obra de Fernando de Casas Novoa, fue encargada en el siglo XVIII. Situada entre las dos torres de Las Campanas y La Carraca, su antigua fachada románica está iluminada por enormes vidrieras. Santiago Apóstol está sentado en medio del cuerpo central, con sus dos seguidores Atanasio y Teodoro debajo. En el centro, entre ángeles y nubes, hay una urna (que representa la tumba) y una estrella (que representa las estrellas vistas por el ermitaño Pelayo). María Salomé, la madre de Santiago, reside en la torre derecha, mientras que su padre, Zebedeo, lo hace en la izquierda. En la balaustrada de la izquierda se ven Santa Susana y San Juan, y en la de la derecha, Santa Bárbara y Santiago el Menor.
La escalera que conduce a la entrada de la fachada fue construida en el siglo XVII por Ginés Martnez en estilo renacentista inspirado en el de Jacopo Vignola en el Palacio Farnesio. Tiene forma de rombo con dos rampas que rodean la entrada a la antigua cripta románica del siglo XII del Maestro Mateo, también conocida como la "Catedral Vieja".
Un nártex cubierto conecta el plano actual de la fachada del Obradoiro con la antigua entrada románica (Pórtico de la Gloria).
Esta entrada ha pasado a representar a Santiago de Compostela y su catedral. El grabado del reverso de las monedas españolas de 1, 2 y 5 céntimos de euro da fe de su representatividad.
Durante la restauración de la fachada en 2014 se descubrieron muchas deficiencias en el diseño original.