El Paseo del Malecón es una estructura de la ciudad de Murcia (Región de Murcia, España) que se construyó para protegerse de las crecidas del río Segura antes de transformarse en un paseo sobre la huerta que rodea la ciudad. Está reconocido como Bien de Interés Cultural y es uno de los símbolos de la capital murciana.
Partiendo del Plano de San Francisco y adentrándose en las antiguas huertas del barrio de La Arboleja, el paseo, a tres metros de altura, rodea la ciudad por su lado oeste a lo largo de más de 1,5 kilómetros.
Desde tiempos inmemoriales, la gente lo ha utilizado como lugar de descanso, de paseo y de reposo, ya que se construyó como nexo de unión entre la ciudad y las huertas cercanas. El Malecón acoge puestos de comida (barracas durante las Fiestas de Primavera y Los Huertos durante la Feria de Septiembre), mercadillos de artesanía y música en directo durante las dos mayores celebraciones festivas de la ciudad, la Feria de Murcia y la Feria de Murcia.
Se construyó en el siglo XV como muro de contención de avenidas para evitar que las crecidas del Guadalentn, que hasta la construcción del canal del Reguerón desembocaban en el Segura aguas arriba de Murcia, dañaran los antiguos barrios de San Antoln y San Andrés y, en consecuencia, el resto de la ciudad, así como los meandros del río Segura al oeste de la ciudad.
Posteriormente, en 1736, Francisco de Luján y Arce lo reparó como consecuencia de los daños causados por la lluvia y el tráfico de caballos (pues ya se utilizaba como paseo).
Su función principal como dique de contención de avenidas ha sido exitosa a lo largo de la historia, ya que no se rompió ni siquiera en la riada de Santa Teresa de 1879. Sin embargo, la magnitud de la inundación afectó al centro de la ciudad porque las olas rugientes llegaron por otros lugares.
En 1982, el Paseo del Malecón fue designado monumento histórico y estético. En 1985 recibió la categoría de Bien de Interés Cultural tras la aprobación de la Ley de Patrimonio Histórico Español.
Como consecuencia del grave deterioro que ha sufrido el paseo y su entorno en los últimos años, numerosas asociaciones trabajan para restaurarlo, así como para recoger la memoria colectiva de los vecinos de este emblemático lugar a través de diversas aportaciones, como fotografías, relatos, poemas, artículos de prensa, detalles históricos y cualquier otro tipo de información que aumente el valor de este lugar tan especial.