El puente Real es un puente atirantado que cruza el río Guadiana a su paso por Badajoz, el cuarto puente que se construyó en la ciudad en la prolongación con la avenida Sinforiano Madroñero, localizado aguas abajo de los puentes ya existentes (de la Autonomía, de Palmas y de la Universidad) y que ha pasado a ser un símbolo del moderno Badajoz.
Fue inaugurado en diciembre de 1994, tras dos años de obras y desde que sus majestades los reyes de España pusieran la primera piedra de la obra en septiembre de 1992.
Tiene un peso de 320 toneladas y cuenta con un vano de 452 metros. Es el más ancho de los cuatro, con 23 m, lo que no sólo permite cuatro carriles y las correspondientes aceras, sino también carriles especiales para bicicletas.
El componente más destacado es el elevado pilono central, en forma de "A", con más de 80 m de altura, divisable desde varios puntos de la ciudad.
El atirantado parte desde el vértice superior del pilono y sustenta el tablero del puente mediante 28 tirantes de acero revestidos de polietileno en disposición de abanico, cuya figura (si se contempla desde la lejanía) semeja una arpa gigantesca.
Una adecuada iluminación produce una espectacular visión nocturna doblando su imagen en las tranquilas aguas del río.