El Puente Mayor del Tormes, más conocido como Puente Romano de Salamanca es un puente que cruza el río Tormes a la altura de Salamanca.
Se ha denominado tradicionalmente como la puente mayor y como la puente principal que da su acceso a la parte meridional de la ciudad.
El puente se presenta en el siglo XXI como fruto de varias restauraciones.
Una de las catástrofes que más le afectaron fue la riada de San Policarpo del año 1626.
Hasta comienzos del siglo XX no pierde la condición de paso único de acceso a la ciudad, e incluso durante una década, hasta 1973, siguió soportando el tráfico pesado.
A partir de la construcción de un tercer puente para el tráfico rodado queda como un paso exclusivo de uso peatonal y de andadura.
La importancia del puente como símbolo de la ciudad se puede ver en el primer cuartel del escudo de la ciudad (junto con su pétreo toro-verraco).
La historia del puente está unida a la de la ciudad y forma parte de sus monumentos más característicos.
Antiguamente, existía la creencia popular de que el puente había sido construido primero por Hércules y que, posteriormente, fue reedificado por el emperador romano Marco Ulpio Trajano.