La catedral de San Esteban es la iglesia principal de la archidiócesis de Viena y la sede de su arzobispo. La obra fue iniciada por Rodolfo IV de Austria y se levanta sobre las ruinas de dos iglesias anteriores, siendo la primera de ellas una parroquia consagrada en 1147. El edificio experimentó también varias reformas y ampliaciones a lo largo de su historia, siguiendo distintos estilos artísticos. Es el símbolo religioso más importante de Viena y ha sido testigo de multitud de eventos de la historia de Austria.
En el exterior del edificio se pueden observar el tejado, las dos torres campanario —la Sur y la Norte— y los pórticos de entrada al templo: el de los Cantores, el de las Torres, el del Obispo y el Gigante. La campana Pummerín es una versión reconstruida de la primitiva, que fue dañada por un incendio.
El interior de la catedral consta de tres naves y numerosos altares; cada uno de ellos alberga una variada cantidad de objetos y obras de arte que fueron recibiendo mediante donaciones de diferentes personalidades. Como en todo templo, antiguamente se realizaban entierros bajo sus suelos, por lo que el lugar conserva los sepulcros de varios nobles del país.
Remontándonos a su historia, A mediados del siglo XII, Viena se había convertido en un importante centro de la civilización [Francia |alemana]] en Europa oriental, y las cuatro iglesias existentes, incluyendo solo una iglesia parroquial, eran insuficientes para satisfacer la demanda religiosa.
En 1137, el obispo de Passau, Reginmar, y el margrave Leopoldo IV firmaron el tratado de Mautern, donde se alude por primera vez a Viena como «Civitas», y se traslada la Iglesia de San Pedro a la diócesis de Passau. Según el tratado, el obispo donó al margrave Leopoldo IV las tierras que se extendían más allá de las murallas de la ciudad, con la notable excepción del territorio asignado a la nueva iglesia parroquial, que se convertiría en la catedral de San Esteban.
Aunque anteriormente se creía que se había construido en un campo abierto fuera de las murallas de la ciudad, la nueva iglesia parroquial fue construida, probablemente, en un antiguo cementerio que data de la antigüedad romana; las excavaciones realizadas en el año 2000 para instalar un sistema de calefacción pusieron al descubierto unas tumbas, a 2,5 metros por debajo de la superficie, que fueron fechadas en el siglo IV con la técnica del carbono 14. Este descubrimiento sugiere la existencia de un edificio religioso, incluso anterior a la iglesia Ruprechtskirche.
La historia de este templo se inicia en el año 1137, con una iglesia de estilo románico que, unos cien años después, se reconstruyó en un románico tardío. En el siglo XVII se amplió utilizando un estilo barroco. El pórtico románico está flanqueado por las dos Torres de los Paganos, ambas de 64 metros de altura. La torre del norte, inacabada y con una altura de 68 metros, se cerró en 1579 con una cubierta renacentista. En tiempos de la Contrarreforma la catedral fue provista de adornos barrocos. Algunos de los elementos colocados tienen una simbología asociada: las gárgolas del exterior representan a los malos espíritus.
Esta parroquia se consagró al patrono de la catedral de Passau, San Esteban. En 1137, todas las demás iglesias de la ciudad fueron colocadas bajo la jurisdicción de esta iglesia parroquial.
En abril de 1147 se produjo la consagración parcial de la iglesia, aún en obras, en presencia del obispo de Passau. Sus dimensiones eran exageradas para lo que era Viena en aquel entonces, lo que señala la visión de futuro de su creador, quien la preparaba para llegar a ser sede episcopal o iglesia del ducado.
Esta iglesia parroquial fue concluida en 1160, y poseía, con sus 83 metros de largo, el perfil de una catedral. Estaba orientada de la misma forma que la actual, hacia el punto de salida del sol del 26 de diciembre de 1137. No queda casi ningún resto de la antigua iglesia, aunque gracias a estudios arqueológicos se conocen las medidas de la nave central, que tuvo 12 metros de ancho (unos 26 si se suman las tres naves), y una longitud, incluyendo el ábside, de 83 metros.
La segunda construcción románica, iniciada en 1240 y consagrada en 1263, y de la que se conserva la fachada poniente con la gigantesca puerta, fue promovida esencialmente por los nuevos poderes, la burguesía y la casa ducal.
El nuevo edificio gótico de San Esteban empezó a construirse en 1304. El espacioso recinto de la nave, una de las más anchas de Europa, testimonia que aquí la burguesía pudo alcanzar la posición dominante. Entre 1304 y 1344 se levantó el coro. A partir de 1359 se comenzaron a construir las paredes laterales de la nave central, las cuales encerraron como una funda la antigua nave románica. Hasta 1446 no se concluyeron las últimas bóvedas bajo el gigantesco techo. Entre 1359 y 1443 se levantó la torre meridional. El primer rayo que cae sobre el altar mayor e ilumina el lugar se usa como símbolo del cielo abierto que, según lo enunciado en los Hechos de los Apóstoles, pudo observar San Esteban antes de morir.
Las únicas partes que aún perduran del antiguo edificio son la Cámara Negra, situada en un nivel inferior de la Torre Pagana sur, y que actualmente alberga un confesionario, y una parte de los bajos de la planta oeste.
En lo referente a su simbología, las gárgolas colocadas en el exterior del templo cumplían la función de espantar a los malos espíritus: con el mismo fin se utilizó material proveniente de Roma en la construcción del templo, pues se creía que las piedras paganas santificadas les quitaban el poder.
En el arco interior derecho del Portal Gigante se encuentra una lápida funeraria romana escasamente legible. En 1996 se identificó la figura de una mujer escondida, la Mirona, que procedía de otra lápida romana. En el Portal del Obispo, en una hornacina enrejada se hallaban los llamados Tártaros; unas divinidades paganas: una leyenda que todavía se puede apreciar advierte sobre la veneración de estos ídolos, e invita a respetar la fe cristiana. Bajo los relojes de las Torres Paganas se encuentran las representaciones de un falo a la izquierda y una vulva a la derecha: representan un santuario pagano dedicado a una divinidad de la fertilidad. Recientes excavaciones realizadas en el Portal Gigante permitieron descubrir una gran cantidad de sepulturas.
También hay una simbología numérica: los ventanales de las naves laterales, lugar destinado a los fieles, se componen de cuatro partes; los correspondientes al coro, donde se produce el misterio eucarístico, se componen de tres partes. El remate de la torre con doce pináculos hace referencia a los doce Apóstoles reunidos en torno a Cristo. La baranda del púlpito está compuesta de tres y cuatro lóbulos que forman una rueda.
La catedral guarda también algunas relaciones aritméticas: mide 111 pies (35,52 m) de anchura, y su longitud es tres veces 111 pies. La altura de la torre sur es 444 pies, cuatro veces 111 (136,08 m), y hay 343 peldaños (73) hasta la cámara de la torre sur.
Actualmente las medidas han variado ligeramente: el templo mide 107,2 m de longitud exterior, y la anchura total de los tres coros es de 34,2 m. La nave central tiene de 28 m de anchura, y las naves laterales 22,4 m.