La Real Colegiata de San Hipólito es una iglesia católica, ubicada entre la Avenida del Gran Capitán y las calles Menéndez Pelayo, Alonso Aguilar y la plaza de San Ignacio de Loyola.
Fue fundada en 1343 por iniciativa de Alfonso XI de Castilla. La iglesia fue cedida a perpetuidad por la Diócesis de Córdoba a la Compañía de Jesús. En ella se encuentran sepultados los monarcas Fernando IV y Alfonso XI.
La Colegiata formó parte de un monasterio fundado por Alfonso XI, rey de Castilla y León, en 1342. El monarca fundó el monasterio como agradecimiento por su victoria en la Batalla del Salado, librada en el año 1340 y, también, para destinar la iglesia del cenobio a panteón real, pues Alfonso XI deseaba que en ella recibieran sepultura los restos de su padre, el rey Fernando IV el Emplazado, que había fallecido en el año 1312, y en esos momentos estaba sepultado en la Catedral de Córdoba, y también porque deseaba que sus propios restos mortales descansasen allí. El 17 de julio de 1343, hallándose en el sitio de Algeciras, Alfonso XI cedió al monasterio de San Hipólito diversos bienes que habían pertenecido a Martín Pérez y a Ruy Pérez de Castro, y que en esos momentos se hallaban en manos de la cámara del rey, y el sobernano encomendó a Fernán Rodríguez, su camarero mayor, la administración de los mismos.
La Iglesia es de una sola nave, con crucero y cabecera poligonal. La cabecera del templo es obra gótica de alrededor del año 1350, y está formada por un ábside octogonal, precedido de dos tramos, y cubierto con bóveda de crucería con nervios decorados con dientes de perro y espinazo burgalés. El arco toral, con puntas de diamante, se sustenta en capiteles góticos y cubre la obra medieval. Los ventanales góticos se cubren con vidrieras contemporáneas que representan a diferentes santos de la orden de los jesuitas. Bajo los ventanales se sitúan dos portadas neogóticas que permiten el acceso a la sacristía del templo.
El crucero gótico, que fue remodelado en el siglo XVIII, se halla cubierto con bóvedas de nervios, y el cuerpo de la Iglesia se realizó en el siglo XVIII, cuando se reanudaron las obras a fin de lograr la conclusión del templo, y está formado por una única nave con capillas laterales, de cuatro tramos, cubiertas por una bóveda de cañón con lunetos.6 Sobre las capillas aparecen dispuestas tribunas dirigidas hacia la nave central de la Iglesia. En el alzado de la nave del templo se emplearon pilastras coronadas por placas recortadas.
En el crucero, a la izquierda, se halla ubicado un retablo de la Inmaculada, de estilo barroco y adornado con columnas salomónicas, que fue realizado en 1735 por Teodosio Sánchez Cañada y Martín López. En las entrecalles del retablo se encuentran las imágenes manieristas de los Santos Juanes, y en la calle central se encuentra la imagen de la Inmaculada, del siglo XVIII. En el ático del retablo se halla colocado un lienzo que representa a San Rafael Arcángel. En los muros laterales del crucero se encuentran colocados dos lienzos. Uno de ellos representa al rey Fernando III de Castilla, y es obra del siglo XVIII, y el otro representa a San Nicolás de Bari, y fue realizado en el siglo XIX.
Frente al retablo de la Inmaculada, se encuentra colocado el retablo del Sagrado Corazón de Jesús, de similares características que el anterior, con el que forma pareja, hallándose en él las imágenes del Sagrado Corazón de Jesús en el centro, obra de Sánchez Castíñez, y las imágenes de San Francisco Javier y de San Francisco de Borja, que se encuentran en las calles laterales. En el ático del retablo, se halla colocado un lienzo que representa a San José Pignatelli. Junto al retablo, y colocada sobre una peana, se halla colocada una escultura de San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, quien aparece portando un estandarte en el que se halla representado el emblema de la Compañía.
La escultura de San Ignacio de Loyola es obra de Domingo Sánchez Mesa, y fue realizada en 1952. En la pared lateral, y junto al retablo y la estatua descritos anteriormente, se encuentran los sepulcros de la familia González de Aguilar y Fernández de Córdoba. Los sepulcros de piedra se hallan decorados con grutescos y con los escudos nobiliarios de los allí sepultados. Frente a ellos se alza una puerta que comunica el templo con la sacristía, y sobre ella se halla colocado un lienzo, de estilo barroco, que representa el Calvario.
En la parte izquierda de la nave de la iglesia se sitúa la capilla del Cristo de la Buena Muerte, de planta cuadrangular y cubierta con bóveda baída. En los ángulos de la bóveda se hallan colocadas cartelas en las que aparecen representaciones del Cordero, panes, vid y fuente. En el centro de la capilla se halla un rosetón, adornado con motivos vegetales y con la paloma del Espíritu Santo. El retablo de la capilla, de estilo barroco y realizado alrededor del año 1755, está realizado en madera tallada sin policromar y presenta una forma cóncava que se adapta al medio punto del arco de la capilla en el que se halla colocado. Está formado por banco, cuerpo y ático, y en la calle central, por encima del sagrario, está colocada una talla del Ecce Homo, fechada en la primera mitad del siglo XVII.6 El cuerpo principal tiene tres calles, y en la hornacina central se encuentra la imagen de la Virgen de los Dolores y, en los intercolumnios, se encuentran colocadas peanas sobre las que descansan figuras de santos de la misma época en que fue ejecutado el retablo. El ático del retablo es una moldura polilobulada y flanqueada por motivos vegetales tallados. En las paredes laterales de la capilla se encuentran las imágenes del Cristo de la Buena Muerte, que imita el modelo homónimo de Juan de Mesa, y la de Nuestra Señora Reina de los Mártires, siendo ambas imágenes las titulares de la Cofradía de su nombre. Fueron esculpidas por el imaginero Antonio Castillo Lastrucci en 1945 y fueron restauradas por Miguel Ángel González Jurado en 1993.
En el lado izquierdo de la nave se hallan dos retablos del siglo XVIII. Uno de ellos está dedicado a San José y otro a la Virgen de Fátima.7 A los pies del templo, en el coro, se hallan colocados dos lienzos del siglo XIX que representan a Alfonso XI y a su esposa, la reina María de Portugal, que se hallan protegidos por marcos de yesería. A la altura de las tribunas se encuentra colocado un lienzo del siglo XVII, realizado por Antonio Palomino, que representa a San Jerónimo.
En el lado derecho de la nave de la iglesia se encuentra la capilla de la Virgen del Pilar, que estuvo dedicada anteriormente a Santa Concordia. Es de planta cuadrangular y se halla cubierta por una bóveda semiesférica. Fue construida en el año 1772, y se levantó sobre un terreno cedido por la ciudad de Córdoba para ese fin, según reza una lápida situada en el muro exterior de la iglesia. El retablo de la capilla de la Virgen del Pilar, labrado en mármol, fue realizado en el siglo XVIII, y en él se hallan colocadas las imágenes de la Virgen del Pilar, San Acisclo y Santa Victoria, Santa Concordia y un relieve que representa el bautismo de San Hipólito por San Lorenzo, y en dos hornacinas que hay a los lados del retablo se encuentran colocadas las imágenes de San Ignacio de Loyola y San Estanislao de Kostka.
En el lado derecho de la nave de la iglesia se hallan dos altares, de estilo barroco, dedicados a Santa Bárbara y a San Hipólito. En el altar de Santa Bárbara se encuentran las imágenes de Santa Bárbara, San Expedito y San Miguel Arcángel, todas ellas de factura moderna. En el altar de San Hipólito se venera la imagen del titular, realizada en el siglo XIX.