La iglesia de San Pedro Apóstol es un templo gótico del siglo XIV ubicado en el Casco Viejo, entre las calles Herrería y Siervas de Jesús. Por la pureza de su arquitectura interior y su riqueza escultórica, está considerado uno de los más bellos templos góticos del norte de España.
Actualmente, está considerada Bien de Interés Cultural, siendo declarada Monumento histórico-artístico perteneciente al Tesoro Artístico Nacional mediante decreto de 3 de junio de 1931.
Adosado a la muralla de poniente, la mayor parte de la fábrica corresponde al siglo XIV. La torre es barroca, con cubo del siglo XVII y chapitel del XVIII, obra de Valerio de Ascorbe, muy parecido al de la torre de la cercana iglesia de San Miguel Arcángel. Entre 1892 y 1896 sufrió una restauración de la que se conserva el pórtico neogótico en el lado sur, obra del arquitecto vitoriano Fausto Íñiguez de Betolaza. Las vidrieras, fabricadas en Burdeos, por la casa Dagrant, fueron colocadas entre 1861 y 1901.
La iglesia tiene planta de cruz latina, con tres naves cortas divididas en tres tramos, siendo la nave central de mayor altura que las laterales, y nave transversal o transepto de cuatro tramos más el crucero. Todos los tramos están cubiertos con abovedamientos de arco de crucería sencilla, salvo el anterior de la nave central, sobre el coro, que es de bóveda con terceletes. Las intersecciones de los nervios llevan claves decoradas.
Los pilares son de núcleo cilíndrico ochavado con cuatro columnillas adosadas o bien cuadrados. Los que conforman el crucero, el transepto y el tercer tramo de la nave central están unidos por arcos diafragmas en entibo, siete en total, para fortalecer la fábrica de la estructura. Los capiteles de los pilares muestran una fina decoración de cardinas, vides, rosáceas, hileras de follaje y otros elementos vegetales, formando una faja continua.
La nave del Evangelio (septentrional) se abre a capillas laterales. La nave de la Epístola (meridional), que es más estrecha, da a la sacristía y a la Capilla de los Salvatierra-Adurza. Desde el brazo meridional del transepto se accede al baptisterio y al llamado Pórtico Viejo. El pie del edificio está tapiado por haber discurrido adosada a este lienzo la antigua muralla de la ciudad.
La cabecera está constituida por un ábside principal heptagonal y tres absidiolos pentagonales, uno a su lado derecho y dos al izquierdo, en los que se abren ventanales alargados, con arcos apuntados y baquetones en arquivoltas y jambaje. Presentan finos maineles y tímpanos calados por vanos trilobulados en la capilla mayor y por óculos tangentes floreados en las laterales. En el ábside de la capilla mayor existe además otra serie de ventanales superpuestos a los anteriores: son de menor derrame y tienen también parteluces y tímpanos abiertos por tres rosetas cuadrifoliadas. La esbeltez y elegancia de esta cabecera recuerdan la arquitectura de los templos de las órdenes mendicantes de Dominicos y Franciscanos.