Su construcción

El Teatro Romano de Cartagena fue construido durante el reinado del emperador Augusto, dentro de un ambicioso plan de romanización y reordenación urbana que transformó la ciudad, entonces conocida como Colonia Vrbs Iulia Nova Carthago (C.V.I.N.C). Levantado entre los años 5 y 1 a. C. y dedicado a Lucio César y Cayo César, nietos y herederos de Augusto, sus nombres quedaron grabados en dos dinteles de mármol gris situados en los accesos oriental y occidental del edificio. Con una cávea de 87,6 metros de diámetro y capacidad para cerca de 7.000 espectadores, el teatro fue excavado en la ladera norte del Cerro de la Concepción y construido con materiales locales como calizas y areniscas, travertino rojo de Mula y mármol pentélico blanco procedente de Grecia, trabajado en talleres imperiales en Roma, lo que refleja la importancia de la ciudad y el nivel artístico del monumento. Su rica ornamentación incluía esculturas, columnas y elementos arquitectónicos de gran valor, que decoraban la fachada escénica y reforzaban el carácter propagandístico de la obra.

A partir del siglo III, cuando la ciudad se convirtió en capital de la provincia Carthaginense, el teatro dejó de utilizarse y sobre sus restos se edificó un mercado columnado cuya plaza semicircular aprovechaba la forma de la antigua orchestra. En esta fase se reutilizaron gran parte de los materiales originales, lo que permitió que cerca del 60 % de ellos permaneciera in situ, aunque en posiciones alteradas. Posteriormente, tras la destrucción de la ciudad por los vándalos en el año 425, el mercado quedó arruinado y en desuso. Durante la época bizantina, bajo el reinado de Justiniano I, la ciudad fue refundada como Carthago Spartaria, se reconstruyó y amuralló, y sobre las ruinas del teatro se levantó un barrio comercial bizantino, continuando así la tradición de reaprovechar las estructuras romanas. En los siglos posteriores, durante el periodo andalusí y medieval, nuevas edificaciones, incluida la Catedral de Santa María la Vieja, se superpusieron sobre el solar del antiguo teatro.

El hallazgo de este monumento se produjo en 1988, durante las obras de construcción del Centro Regional de Artesanía, cuando salieron a la luz los primeros vestigios. Las excavaciones, dirigidas por el arqueólogo Sebastián Ramallo Asensio de la Universidad de Murcia, avanzaron durante la década de 1990 y culminaron en 2003 con la recuperación de gran parte del edificio. Para ponerlo en valor se diseñó un proyecto museístico a cargo del arquitecto Rafael Moneo, que integró los restos con el entorno urbano mediante un recorrido que parte del Palacio Riquelme, atraviesa galerías subterráneas y culmina en el graderío del teatro. El Museo del Teatro Romano, inaugurado en 2008, permite comprender la evolución de la ciudad desde época romana hasta la actualidad, mostrando piezas escultóricas, altares circulares dedicados a la trinidad capitolina y otros elementos arquitectónicos originales.

El teatro fue declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de monumento el 21 de enero de 1999 y, tras décadas de trabajos de conservación, se ha convertido en uno de los principales atractivos turísticos y culturales de Cartagena. En la actualidad continúa en proceso de restauración, con proyectos recientes destinados a recuperar el pórtico posterior al escenario y abrir nuevos espacios visitables. Con más de 260.000 visitantes en 2024, el Teatro Romano de Cartagena es hoy un símbolo de la ciudad y un referente arqueológico en Hispania.

Artículo obtenido de Wikipedia en su versión del 2/08/2025, por varios autores bajo la Licencia de Documentación Libre GNU.

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