La Torre de Doña Urraca, también conocida como Torre de Fernán González, es un edificio que se encuentra en la localidad burgalesa de Covarrubias. Tiene la denominación de Bien de Interés Cultural. Doña Urraca, la hija del conde Fernán González, habría estado encerrada, según la leyenda de la torre.
Está situada en la histórica localidad de Covarrubias, en Castilla y León. Esta estructura piramidal tiene una base rectangular. Su aspecto cambia a medida que se eleva: la parte inferior está formada por grandes losas de piedra sin rotular, y sobre ella hay una zona de sillarejo que no rodea completamente el lienzo, sino que se eleva hasta una altura aproximada de una cuarta parte de la torre manteniendo el sillar rectangular esquinas. El resto del paramento se compone de sillarejos muy largos que alternan con sillarejos más cortos y tizones.
La falta de planificación por parte de sus muros contribuye a la irregularidad de la construcción. Esto hace que no sólo las aristas no presenten un perfil recto, ya que pierden inclinación hacia la mitad de la torre, sino que en la parte superior de la estructura una ligera curva cóncava se une al tejad. Está dividida interiormente en dos tramos que se distinguen claramente por una caña arqueada, y también está dividida en dos niveles que están separados por tecnología de madera.
La entrada a la torre se encuentra en la mitad de su altura, en la cara sur que da al río. Es un arco de herradura con un peralte igual a la mitad del radio y que emerge erráticamente de las dovelas antes de converger en puntos sobre el centro del arco, cada uno espaciado un cuarto del radio. Estaba más cerca de las salmeres que de la clave, pero ahora es casi indetectable debido a la erosión del sillarejo. Este arco oculta un dintel interior con dos puertas vetustas. Una escalera móvil que debía utilizarse para acceder a esta entrada se retiraba en caso de emergencia o cuando ya no era necesaria, dejando la torre como un bloque inexpugnable y de difícil acceso, bien preparado para la defensa. Después, durante una de las renovaciones posteriores, se construyó una escalera mecánica de fábrica que partía del centro de la base del lado oriental y ascendía por el perímetro de las dos momias oriental y occidental. Sin embargo, se retiró durante la restauración más reciente y actualmente se sube por otra piedra perpendicular a la torre y paralela a ella.
Para defender la torre, hay que acabar con un almenado adarve. Luego, una vez caída la cubierta bóveda, se reconstruyó con el tejad que se utiliza actualmente y que ya consta en grabaciones del siglo XIX. La base tiene 10 por 14 metros de lado, que disminuyen a 7,50 por 11 metros en la parte superior. La altura alcanza los 22 metros, mientras que la anchura es de 3 metros.
Doña Urraca, la hija del conde Fernán González, habría estado encerrada, según la leyenda de la torre.
Tras ser declarado "Monumento Histórico-Artístico" el 3 de junio de 1931, actualmente está catalogado como Bien de Interés Cultural. La declaración se hizo el 4 de junio de 1931 y se publicó en la Gaceta de Madrid mediante un decreto firmado por Marcelino Domingo, Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, y Niceto Alcalá-Zamora, Presidente del Gobierno Provisional de la República. La Colegiata de San Cosme y San Damián fue declarada con monumentos de otras numerosas provincias, entre ellos otro de Covarrubias.