La Basílica de San Juan y San Pablo, conocida en italiano como Santi Giovanni e Paolo y en dialecto veneciano como San Zanipolo, destaca como una de las iglesias más imponentes de Venecia, en la región de Véneto, Italia, y ostenta el título de basílica menor.
Este majestuoso edificio de ladrillo, erigido en estilo gótico italiano, sirvió como el principal lugar de culto de la orden dominica en Venecia, concebido para albergar a grandes congregaciones. Su dedicación a Juan y Pablo, aunque no se refiere a los apóstoles bíblicos, sino a dos mártires poco conocidos de la temprana iglesia cristiana en Roma, data del siglo III, aunque su leyenda se desarrolló más tarde.
La historia de la basílica se remonta a 1246, cuando el Dogo Jacopo Tiepolo donó un terreno pantanoso a los dominicos después de tener un sueño en el que veía un grupo de palomas blancas sobrevolando el área. La construcción de la iglesia actual comenzó en 1333, tras la demolición de la estructura original, y no se completó hasta 1430.
En su vasto interior se encuentran numerosos monumentos funerarios, pinturas y reliquias destacadas, como la Virgen de la Paz, una estatua bizantina ubicada en una capilla dedicada en la nave meridional, y el pie de santa Catalina de Siena, la principal reliquia de la iglesia.
La Basílica de San Zanipolo es también una iglesia parroquial del Vicariato de San Marco-Castello, que incluye otras iglesias como San Lazzaro dei Mendicanti, Ospedaletto y Beata Vergine Addolorata.
Entre los artistas destacados que contribuyeron a la riqueza artística de la basílica se encuentran Giovanni Bellini, Bartolomeo Bon, Cima da Conegliano, Niccolò di Piero Lamberti, Pietro Lombardo, Lorenzo Lotto, Veronés y muchos más, cuyas obras adornan las paredes, capillas y techos de este impresionante lugar de culto. Sin embargo, la capilla del Rosario, erigida en 1582 para conmemorar la victoria en la batalla de Lepanto, sufrió la pérdida de sus obras maestras pictóricas en un incendio atribuido a pirómanos anticatólicos en 1867.