El Puente de Rialto, conocido en italiano como Ponte di Rialto, se destaca como el puente más antiguo entre los cuatro que atraviesan el Gran Canal en Venecia, siendo posiblemente el más célebre de la ciudad.
Su historia se remonta a 1181, cuando Nicolò Barattieri construyó un pontón o puente flotante inicialmente llamado Ponte della Moneta, debido a su proximidad a la ceca veneciana. Sin embargo, el crecimiento del Mercado de Rialto aumentó el tráfico fluvial, llevando a la sustitución del puente flotante alrededor de 1250 por uno de madera. Este puente de madera, con una sección central móvil, permitía el paso de barcos altos y eventualmente adoptó el nombre de Rialto debido a su conexión con el mercado.
A lo largo de los años, el puente enfrentó numerosos desafíos, como incendios parciales durante revueltas y colapsos debido al peso de multitudes congregadas. En 1524, se construyó una nueva versión en madera que también colapsó.
La idea de reconstruir el puente en piedra se planteó por primera vez en 1503, pero no se materializó hasta el diseño de Antonio da Ponte, quien construyó el puente actual entre 1588 y 1591. Este puente de piedra, con un único arco, conserva la disposición de las rampas inclinadas y los cubículos comerciales, replicando la estructura del puente de madera anterior. A pesar de las dudas iniciales sobre su viabilidad, el diseño demostró ser exitoso y el Puente de Rialto se ha convertido en un símbolo arquitectónico de Venecia.
Su peculiaridad radica en que visualmente parece desafiar la tradición arquitectónica al presentar un arco rebajado, aunque en realidad sigue siendo un arco de medio punto, donde las bases están ocultas por el nivel del agua. Esta innovación visual ha contribuido a su reconocimiento como un icono de la ciudad.