La majestuosa Plaza de Armas de Versalles se despliega frente al imponente Palacio, sirviendo como su entrada y precediéndolo con grandiosidad.
Esta vasta explanada adopta una forma de abanico, extendiéndose con una longitud aproximada de 300 metros y una generosa anchura de 150 metros, brindando una bienvenida impresionante a los visitantes que se acercan al palacio.
En su lado oeste, el más cercano al palacio, se encuentra delimitada por la imponente Verja de Honor, que marca el acceso al patio de Honor, el primero de los patios que conducen al interior del palacio.
Hacia el lado opuesto, tres vías se extienden radialmente hacia el este:
al norte, la majestuosa avenida de Saint-Cloud;
en el centro, la prominente avenida de París, alineada con el eje del palacio;
y al sur, la encantadora avenida de Sceaux.
Los límites de la plaza están marcados por edificaciones significativas:
Al oeste, se alza el propio Palacio de Versalles, donde la Verja de Honor separa la plaza del majestuoso patio de Honor.
Al noreste, se encuentra la impresionante Gran Caballeriza.
Y al sureste, se distingue la encantadora Pequeña Caballeriza.
Desde 2009, la plaza también ha sido enriquecida por la presencia de la estatua ecuestre de Luis XIV, anteriormente ubicada en el patio de Honor, que ahora se sitúa en el eje de la avenida de París, añadiendo un toque de historia y majestuosidad al entorno.
La Plaza de Armas tiene una rica historia, marcada por eventos significativos, como los impresionantes fuegos artificiales que el rey Luis XV inició el 23 de agosto de 1754 desde su balcón, para celebrar el nacimiento del duque de Berry, quien más tarde se convertiría en Luis XVI.
En la actualidad, el ayuntamiento de Versalles administra la plaza de Armas como un práctico estacionamiento, ofreciendo espacio para vehículos (530 plazas) y autocares (170 plazas), manteniendo su importancia como punto de entrada y lugar de encuentro en esta histórica ciudad.