Fundada en Barcelona en 1729 con el nombre de Academia, la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona es una institución académica heredera de la Academia de los Desconfiados, obteniendo el título de Real en 1752, quedando bajo el patronazgo de la Corona de España que le encarga, entre otras tareas, la elaboración del diccionario de catalán.
Tal y como sucede en otras Reales Academias, centró sus tareas en un círculo restringido de actividades, en este caso acerca de la lengua y literatura. Asíppues, creó cinco cátedras que hicieron posible el retorno de la Universidad de Cervera a Barcelona. Contó entre sus miembros con brillantes personalidades de la Renaixença.
En esta academia siempre se practicó el bilingüismo durante todo el siglo XIX, con un claro predominio del español. No obstante convocó, en 1841 y 1857, dos concursos poéticos que sirvieron para la reinstauración de los Juegos Florales. En 1884, con la publicación de la Ortografía de la lengua catalana de Balari i Jovany, A. Blanch y Antoni Aulestia Pijoan, la Academia la adoptó como norma lingüística para el catalán, aunque acabó siendo desplazada por la elaborada por Pompeu Fabra en la década de 1910 al contar con el respaldo del Institut d'Estudis Catalans. Aun así, la Academia mantuvo esas normas casi hasta la década de 1930, por el empeño de Ramon Miquel i Planas y Francesc Matheu.
Actualmente, la Academia depende para su financiación del Ayuntamiento de Barcelona y centra su actividad en estudios filológicos y de literatura catalana, teniendo su sede desde 1917 en el Palacio Requesens, en el Barrio Gótico de Barcelona. Cuenta con una extensa biblioteca, sala de conferencias y edita diversas publicaciones relacionadas con su actividad.