La Acrópolis de Atenas, considerada la más emblemática entre las acrópolis griegas, era la parte elevada de la ciudad con funciones tanto defensivas como religiosas en la mayoría de las ciudades griegas. Ubicada en una colina que se eleva a 156 metros sobre el nivel del mar, también se la conoce como Cecropia en honor a Cécrope, el legendario hombre-serpiente, primer rey ateniense.
Para acceder a la Acrópolis, se atravesaba una imponente puerta llamada los Propileos. A la derecha y enfrente de esta entrada se encontraba el Templo de Atenea Niké, donde en su centro se erguía una destacada estatua de bronce de Atenea, creada por Fidias. Más a la derecha se alzaba el Partenón o Templo de Atenea Pártenos, conocida como la Virgen. En el extremo izquierdo de la Acrópolis se hallaba el Erecteión, famoso por su stoa sostenida por seis cariátides. En la ladera sur de la Acrópolis, se hallaban los restos de otros edificios, destacando el Teatro de Dioniso, un teatro al aire libre donde autores como Sófocles, Aristófanes y Esquilo estrenaron sus obras.
La mayoría de los imponentes templos fueron reconstruidos durante el gobierno de Pericles, durante la edad dorada de Atenas.