El Areópago, también conocido como la "Colina de Ares", es una elevación al oeste de la Acrópolis, donde el Consejo se reunía desde el 480 a.C. hasta el 425 d.C. Geológicamente, esta colina es un monolito de mármol gris azulado, con vetas rojas, que se alza a 115 m de altura y domina el Ágora de Atenas. En la cumbre y en las laderas, se aprecian cortes en la roca que forman plataformas, los únicos vestigios de edificaciones antiguas.
Según la leyenda, su nombre proviene del juicio de Ares, absuelto por los dioses por la muerte de Halirrotio, hijo de Poseidón, que había violado a Alcipe, hija de Ares. También se dice que Orestes fue juzgado allí por matar a su madre Clitemnestra. En sus inicios, el Consejo del Areópago estaba vinculado al rey y compuesto exclusivamente por eupátridas. Su influencia creció a medida que el poder real menguaba, hasta el siglo VII a.C., cuando estos llegaron a gobernar.
Después de las reformas de Solón, los miembros eran elegidos entre los arcontes, representando a los ricos en oposición a los aristócratas, aunque dejaron de ser tan exclusivos. Este tribunal controlaba a los magistrados, interpretaba las leyes y juzgaba a homicidas. A pesar de que Clístenes limitó sus poderes, mantuvieron su relevancia hasta las Guerras Médicas. Con la evolución de las instituciones democráticas, sus funciones resultaron incoherentes. En el 487 a.C., los arcontes perdieron prestigio y poder político al ser elegidos por sorteo en lugar de entre los más destacados de la sociedad. Efíaltes, en el 462 a.C., les retiró la custodia de la constitución, reduciendo su competencia. Aunque conservaron su función judicial, perdieron importancia política.