La Casa de las Campanas, es una de las tres construcciones más antiguas que se conservan de la ciudad de Pontevedra, y posiblemente la más antigua de las civiles.
Debido a la falta de documentación, sus orígenes no están claros, pero se le data de la Época Bajomedieval por los escudos que se encuentran en la fachada y el estilo de las puertas. Estos escudos la relacionan con el linaje de los García Camba o más probablemente con la de los Puga, señores de Regodeigón en Ribadavia.
La primera referencia existente de la Casa de las Campanas es del año 1587. En ella, la edificación estaba cerca de la iglesia de San Bartolomé el Viejo, que por razones que se desconocen no tenía campana. Por esta razón, para llamar a los parroquianos se usaba el carrillón de la casa de los Puga, que por aquel entonces ya había pasado a manos de los monjes benedictinos del monasterio de San Salvador de Lérez. Los monjes también emplearon la Casa de las Campanas como bodega de vino, en la que podían llegar a almacenar unos 12.000 litros.
Más adelante, en los años de la posguerra, la casa fue conocida cómo "Bar Pitillo" porque en el bajo había un establecimiento en el que se obsequiaba a los clientes con tabaco. En la década de 1980 la edificación quedó en estado de abandono hasta que fue adquirida por el ayuntamiento en el año 2000 con la finalidad de restaurarla. Actualmente es la sede de la Vicerreitoría de la Universidad de Vigo.
Cuenta la leyenda que durante los siglos XIX y XX corría el rumor de que en la casa estaba escondido el tesoro de Benito Soto, un reconocido pirata pontevedrés.