Se encuentra ubicado en el interior de la capilla de Nuestra Señora del Rey Casto y en él recibieron sepultura numerosos miembros de la realeza astur-leonesa durante la Alta Edad Media. El primitivo panteón real se encontraba en el interior de la iglesia de Nuestra Señora del Rey Casto, adosada a la Catedral de Oviedo, y había sido construido por deseo del rey Alfonso II el Casto, en el siglo IX.
El primitivo panteón real y la primitiva iglesia de Nuestra Señora del Rey Casto fueron demolidos a principios del siglo XVIII, debido a su mal estado de conservación, por iniciativa de Tomás Reluz, obispo de Oviedo, y ambos fueron posteriormente reedificados y consagrados en 1712.
Los miembros de la realeza astur-leonesa que se encuentran sepultados en la actualidad en las urnas barrocas del Panteón de reyes de la Catedral de Oviedo, según refieren diversos historiadores.