Antes del Plan General de 1967, se venía reclamando la construcción de un faro en esa parte de la isla de Formentera. Representa un típico faro de los levantados en la década de los años 1970, automatizado, con una óptica giratoria catadióptrica y mezcladores Dalen de acetileno. En 1995 se instalaron nuevos equipos de alumbrado alimentados con energía solar fotovoltaica, pero conservando la óptica original. El sistema de rotación pasa a ser de tipo electro-magnético, y la iluminación corre a cargo de lámparas de descarga. Este faro estuvo a cargo de los técnicos residentes en el Faro de La Mola, hasta que este quedó deshabitado. Ambos faros están hoy día telecontrolados y su mantenimiento depende de los técnicos de Ibiza.