El monasterio de San Lorenzo de Trasouto, denominado en la actualidad pazo de San Lorenzo, es un complejo de edificios de origen monástico.
Siendo obispo de Zamora, Martín Arias, alrededor del año 1200, y viendo llegar la hora de su retiro, decidió buscar un lugar tranquilo en Galicia, su tierra natal. Es así como decide la construcción de unos primeros edificios alrededor de 1216, en la zona extramuros de la ciudad, entre los que destacaba la iglesia de San Lorenzo de Trasouto. Todo esto sucedió antes de 1216, año en que se data una carta de confirmación del rey Alfonso IX relativa a la que ya es, entonces, iglesia de San Lorenzo de Trasouto. De esta manera se fundó un eremitorio, que con el tiempo se transformaría en monasterio, se posee documentación de la Bula de Fundación, que fue otorgada por el rey Alfonso IX.
Siglos más tarde, la incapacidad de mantener económicamente el monasterio, hizo que pasara a ser propiedad y patronato del cabildo catedralicio de Santiago de Compostela, que cedió el usufructo a los franciscanos.
La entrada de los frailes hizo necesaria una serie de modificaciones arquitectónicas, y de esta manera se inicia a partir de 1392 una serie de ampliaciones, restauraciones y reformas, que se extendieron hasta el siglo XV. La importancia del monasterio es tal que en 1520 el emperador Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico se retiró en él para pasar la Semana Santa.
Con la desamortización de Mendizábal, el edificio es incautado por el Estado. Tras un largo pleito, termina en propiedad de la Duquesa de Medina de las Torres, la cual lo ofrece de nuevo a los franciscanos, quienes habiendo encontrado otro monasterio donde residir, decidieron declinar el ofrecimiento. De esta manera, la duquesa de Medina de las Torres, lo restaurará y adaptará adaptándolo a la estética de un pazo gallego.
El complejo que constituye actualmente el pazo de San Lorenzo, está rodeado por un bosque y unos espléndidos jardines totalmente rodeados, a su vez, de una muralla abarcando una superficie que supera con creces los 40.000 m².
La iglesia presenta planta de cruz latina con nave única de cuatro crujías, y un corto crucero, presentando, como es habitual en las iglesias prerrománicas o del románico más temprano, una cabecera cuadrangular. Todos estos espacios se presentan cubiertos con bóveda de cañón reforzada con arcos fajones, lo cual da lugar a bóvedas de arista entre los diferentes tramos de arcos fajones.
Al convertir el monasterio en residencia particular, se llevan a cabo diversas reformas como la construcción del comedor, que se realiza en donde debían estar las celdas de los monjes. Se cubre con un artesonado de azulejo sevillano, pintando las vigas con motivos heráldicos propios de la familia. El comedor se decora con un par de tapices de Flandes, el más interesante, y que representa el carro de las Virtudes, se sitúa en el fondo de la estancia, y dos reposteros, en los que aparecen escudos que a lo largo de los siglos ha poseído la familia propietaria.