La sinagoga de Córdoba es un templo judío localizado en la calle Judíos de la judería de la ciudad de Córdoba. Construida al estilo mudéjar, es la única sinagoga existente en Andalucía y una de las únicas tres que se conservan en España de esa época, junto a la Sinagoga del Tránsito y la de Santa María la Blanca, ambas en la ciudad de Toledo.
El 24 de enero de 1885 fue declarada Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento. Forma parte del centro histórico de Córdoba, que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1994. En 2019 recibió más de 619.000 visitas, siendo el segundo monumento más visitado de la ciudad de Córdoba.
Este templo fue construido en el año 1315 (5075 del calendario judío) por el alarife Isaq Moheb, según reza la inscripción fundacional que se conserva en el interior.
Consta de un patio al que se accede desde la calle y que da paso a un vestíbulo seguido de la sala de oración. Del lado oriental del vestíbulo arranca la escalera que lleva hasta la galería para las mujeres; dicha galería se conecta con la sala de oración mediante tres balcones decorados con arquillos polilobulados. La decoración en yeso, con motivos mudéjares, se ha perdido hasta unos dos metros de altura, dejando a la vista el ladrillo de su fábrica.
La planta de la sinagoga de Córdoba, al igual que la de otras sinagogas coetáneas, se vio en gran afectada por las restricciones de los líderes cristianos. Dichas limitaciones variaban dependiendo de la ubicación de la sinagoga y de si los judíos de la comunidad en cuestión disfrutaban de un estatus privilegiado. El tamaño de la sinagoga debía reflejar su humildad e inferioridad ante la Iglesia católica, aunque dependía de los edificios cristianos cercanos en la zona. En determinadas ocasiones, ni siquiera el favor del rey evitaba las complicaciones que el clero local pudiera provocar. En abril de 1250, el papa Inocencio IV ordenó al obispo de Córdoba actuar frente a los judíos que estaban construyendo una sinagoga cuya altura no era aceptada por el sacerdocio local.
La sinagoga de Córdoba tiene una entrada en el muro este que conduce a un pequeño patio, cuya superficie es de algo más de 25 metros cuadrados. Las paredes del patio miden 5,5 metros en la pared norte y en la pared occidental, únicamente 3,5 metros en la pared sur y 6 metros en la pared oriental, la que contiene la entrada y la más grande. Dichas dimensiones le dan al patio una inusual planta trapezoidal, debido principalmente a la disposición de las calles cercanas, que discurren de manera angulada.
La entrada de la sinagoga, la fachada, está localizada en el muro norte del patio y tiene tres aberturas: una puerta y dos ventanas. Más allá de la fachada se encuentra el vestíbulo que mide siete metros en su muro norte, seis en su muro sur, tres en su muro occidental y tres coma cuatro metros en su muro oriental. Este habitáculo alberga una escalera de madera que conduce a la sección de mujeres. Esta entrada tenía la función tanto de guardarropa como de maskilta, una pequeña alberca para abluciones. El techo del vestíbulo está realizado en madera y tiene una altura de 2,3 metros.
La sala de oración es la más amplia de la sinagoga, aunque sigue siendo pequeña en comparación con la mayoría de edificios y hogares de la época. Tiene planta casi rectangular, midiendo 6,95x6,37 metros, y un techo, muy alto en comparación, de 11,5 metros hasta alcanzar el gablete. Exhibe una cubierta de artesonado y alcanza una altura de más de 6 metros; en su lado oriental se abre el hejal o tabernáculo, espacio reservado para la Torá y coronado con arco de grandes lóbulos, enmarcado en un alfiz; alrededor se dispone decoración de lacería. El lado opuesto al tabernáculo presenta un pequeño nicho con arco polilobulado y apuntado, donde estuvo el retablo de Santa Quiteria. La altura de la sala es notable debido a que es más alta incluso que otras sinagogas de mayor superficie.
La sección de mujeres de la sinagoga está en la galería por encima del vestíbulo; sus medidas y disposición son idénticos a los del mismo. Aún se desconoce el motivo de por qué la galería de mujeres y el vestíbulo eran parte del edificio original. Variaciones en la estructura y la altura del techo sugieren que esta parte estructural fue añadida posteriormente. La sección de mujeres alberga tres amplios arcos que miran hacia el santuario, dichos arcos están decorados con estuco y celosía entrelazados, algo habitual en las sinagogas sefardíes. El material original de la celosía se desconoce, ya que no está realizada ni en estuco ni en madera. Los arcos están entrelazados con patrones elaborados y textos en hebreo. El arco central es distinto a los arcos exteriores, con una decoración desigual y teniendo más altura para facilitar la entrada.