Desde la segunda mitad del siglo V a.C., una de las construcciones arquitectónicas más notables fue la edificación de teatros, y uno de los ejemplos más sobresalientes de estos edificios es el Teatro de Dioniso, el cual fue erigido en el siglo IV a.C.
En el teatro, se incluía un área trasera destinada a que los actores se cambiaran de vestuario. Los espectadores se ubicaban cerca de un espacio al aire libre, que generalmente era el sitio elegido para la construcción de teatros. A finales del siglo V a.C., las originales plataformas de mármol fueron sustituidas por gradas de piedra. En el centro de las primeras filas de gradas se encontraban 67 asientos que posteriormente fueron elaborados en mármol decorado y estaban reservados para sacerdotes y reyes.