Encarando ya el final de su actividad artística, un Mateos que nunca ocultó sus fuertes convicciones políticas, quiere rendir homenaje a la libertad y los valores democráticos. Con esta serie, “Monumentos para una democracia”, la escultura de Mateos se convierte directamente en propuesta monumental.
Para ello recupera necesariamente la verticalidad, con unos planos que surgen de una base y envuelven un espacio común, sirviendo a su vez de sustento al nudo que establece la unión y encuentro de los mismos, como símbolo del mundo de las ideas.
Esta es la última serie en la que empleará el hormigón encofrado, y también la última serie concebida por el escultor, pues ya en esta última etapa, marcada por una automarginación nacida de años de decepción, Ángel Mateos estuvo centrado en concebir su último gran proyecto, el museo que albergara sus obras.