La Basílica de Santa María es una basílica ubicada en la plaza de Santa María de la ciudad de Alicante (España).
Es la iglesia más antigua de la ciudad, que se construyó en estilo gótico entre los siglos XIV y XVI sobre los restos de la antigua mezquita mayor de la ciudad, edificada durante la dominación musulmana. Sufrió diversas reformas, sobre todo la obligada después del incendio de 1484.
Durante la Guerra Civil Española, sufrió un asalto en el que fue mutilada una imagen de la Inmaculada del siglo XVIII y se destruyeron su órgano y su pila renacentista, realizándose a continuación una gran hoguera en la plaza adyacente con algunos de sus altares. Desde el año 1936 al 1939 fue utilizada como almacén militar.
En el año 2007, tras solicitud realizada por el Ayuntamiento de Alicante a la Santa Sede, el templo fue ascendido a la categoría de basílica.
El templo presenta una nave única con capillas laterales entre contrafuertes, y una cabecera poligonal. Sus sobrias torres de la fachada, aunque aparentemente iguales, no lo son por cuanto la de la derecha posee una original forma de L y data del siglo XIV mientras la opuesta es rectangular y se levantó en 1713. La portada es una hermosa muestra del barroco, siendo el conjunto escultórico obra de Juan Bautista Borja.
Del interior destaca el altar mayor dorado rococó del siglo XVIII, el coro, en el más puro estilo gótico del siglo XIV, la capilla de la Inmaculada, del siglo XVI, con una imagen de Esteve Bonet (siglo XVIII) el antecoro, poseedor de una portada barroca de piedra y la capilla del Bautismo cuya pila en mármol blanco de Carrara es un trabajo italiano del siglo XVI atribuido a la escuela de Miguel Ángel.
En cuanto a las muchas obras de arte que guarda en su interior, destacan dos piezas del siglo XV, una imagen gótica en piedra que representa a Santa María y la talla de los Santos Juanes realizada por Rodrigo de Osona. Posee también incunables del siglo XIII en adelante.