Esta pareja de obras titulada “Tesis y Antítesis del Espacio”, supone el punto de inflexión con el que el escultor abandona el referente natural , centrándose en la relación volumen y espacio.
Partiendo de un volumen inicial con forma de prisma, que Mateos va horadando y vaciando, se da cuenta de que el hueco creado, el espacio vacío, se convierte en protagonista. Así, el hueco es igualmente un volumen más, un volumen en negativo. Y de esa dualidad surgen Tesis y Antítesis del espacio: el volumen extraído y el vacío que deja en el prisma inicial.
Respondiendo a este planteamiento más racional, la textura del encofrado en esta obra no tiene la misma presencia que en el resto de la serie. Podemos observar no obstante, diferente disposición de la madera en las caras exteriores, con un entramado en horizontal, frente a un entramado oblicuo en los planos interiores.
Con esta pareja de obras, el escultor finaliza esta serie, a la que por ello denomina de forma genérica “Espaciales”, pero concluye además la etapa expresionista en el que se ha enmarcado hasta ahora su obra. A partir de ahora su obra evolucionará a ámbitos constructivistas.